Parroquial Mayor: Una Majestuosa Construcción (+ Fotos)

Iglesia Parroquial Mayor Santísima Trinidad. Foto: José Rafael Gómez Reguera

Por: Mariolys González Calderón

Las noticias siempre nos llevan, como de la mano, a hablar sobre la historia y construcción del majestuoso templo de la Santísima Trinidad, actualmente nuestra Parroquial Mayor. Y eso es lo que pretendo, llevar a cada uno de los trinitarios lo que contaron las crónicas de entonces.

Sucedió que, de visita pastoral en Trinidad, Don Manuel Santander y Frutos, Obispo de La Habana, Teniente Vicario General, Sub-Delegado Castrense del Ejército de Mar y Tierra, como prueba de afecto a los habitantes de esta ciudad y, teniendo en cuenta la importancia del nuevo templo parroquial dedicado a la Santísima Trinidad, se dignó consagrarlo con toda la solemnidad del rito en 1892, en acta del 15 de febrero.

En la ceremonia acompañaron al Obispo el Presbítero, Don Manuel González Cuervo, Cura Vicario de la Parroquia, Fray Juan Montes de Oca; los Presbíteros, Eduardo Ferrer, Simón Higuera, Manuel de Jesús Mendoza y José lino Estévez, Juan Quintana Vega, Cura de San Fe. de Paula y Jorge Curbelo, Cura Párroco de Casilda con los Sub-diáconos, Vicente Ferrer de la Cruz, Rafael Cortina, Pedro Montoya y el joven minorista, Juan José Santander que desempeñó el cargo de Maestro de Ceremonias.

El templo, dedicado a la Santísima Trinidad, fue comenzado el año 1867, siendo Obispo de la Habana, Fray Jacinto Ma. Martínez y Sáez, y Cura Párroco de esta villa, Francisco Leza y Cenzani ; y, aún cuando, en 1814, se derribó la primera Iglesia y comenzó la fábrica de otra nueva, el plano definitivo de su construcción y el inicio de la obra, tal como hoy se halla, quedó acordado en la época referida. El Obispo Martínez dispensó marcada predilección a esta iglesia, suyo fue el plano y, a ella contribuyó, con grandes sumas.

El Padre Leza también consagró a estas obras toda su fortuna y dejó al morir, en 1883, cerradas las bóvedas, levantado el pórtico y concluida la parte principal. Desde su muerte, hasta el año 1890, la fábrica estuvo completamente abandonada. El Padre Francisco Clarós, famoso orador, sólo terminó el frontón del pórtico y colocó sobre él una cruz de madera.

Vista frontal de la Iglesia Parroquial Mayor de Trinidad. Foto: José Rafael Gómez Reguera

La obra quedó completamente olvidada hasta que, en abril de 1890, se hizo cargo de la Parroquia y vicaría Don Manuel González Cuervo, quien con valor sobrehumano se propuso terminar el templo y, al fin, el buen éxito coronó sus nobles propósitos.

Con motivo de este fausto acontecimiento, y, con la mayor solemnidad, recibieron en la Parroquial Mayor, el día 15, de mano del Obispo Diocesano, la orden Sacerdotal, los señores Eduardo Ferrer, Simón Higueras y José María Reigada, y la primera de las Ordenes Mayores, o sea la de Sub-diácono, los señores Rafael Cortina, Eduardo Ferrer y Pedro Montoya. El domingo 21 de dicho mes, a las ocho de la mañana, celebró, por primera vez, el Santo Sacrilicio de la Misa, en la Iglesia Parroquial de San Francisco de Paula, el Pbro. Simón higueras. El Padre consagrado, Eduardo Ferrer, dijo su primera misa en la iglesia parroquial, Santísima Trinidad, y José María Reigada cantó la primera suya, el 22 de febrero en Consolación del Sur.

Entre los regalos que se hicieron a la nueva iglesia consagrada, están el paño del Altar Mayor, de raso blanco, la cortina que cubrió el Altar Mayor, de raso blanco, bordado al realce de oro mate y bruñido, así como un paño o cortina de raso blanco, pintado admirablemente, y otros muchos regalos de esta índole, demostrativos de la piedad religiosa hacia la iglesia.

El 12 de octubre de 1924 se colocó, auspiciada por los Caballeros de Colón y Caballeros Católicos, una lápida de mármol en la portada del templo Santísima Trinidad, en que se recuerdan los nombres de los benefactores de la obra. Al lado opuesto, se había fijado otra lápida en 1892, señalando la fecha de su consagración.

Vista de la Iglsia Parroquial Mayor de Trinidad desde el parque de la antigua Plaza Mayor. Foto: José Rafael Gómez Reguera

Para celebrar las Bodas de Oro del inolvidable suceso de la consagración de la parroquial Mayor, se realizó, en 1942, un programa de festejos, con la asistencia del Obispo de la Diócesis, Doctor Eduardo Martínez Dalmau.

Algunas otras mejoras se han verificado en la Iglesia entre ellas, la renovación de la bóveda del edificio, en el período que ha desempeñado la parroquia Fray Fabián Encina; y en distintas ocasiones se ha removido el proyecto de erección de las torres que habrán de completar la majestuosa obra, sin que, hasta la fecha, se haya llevado a vías de hecho, lo que se extraña, dada la religiosidad proverbial de nuestro pueblo.

¡Ojalá algún alma trinitaria piadosa escriba su nombre, inmortalmente, en la construcción de esas torres!