Ciencia: ¿Qué sabemos de los ciclones tropicales?

La temporada ciclónica de 2019 comenzó el 1ro. de junio en nuestra región geográfica. Foto: Archivo de Granma

Desde el pasado primero de junio comenzó la temporada ciclónica en nuestra área. Hoy le invitamos a conocer más sobre estos fenómenos naturales

Por: Orfilio Peláez

Bajo la premisa de ser la quinta consecutiva en registrar el primer organismo antes de su inicio oficial, la temporada ciclónica de 2019 comenzó el 1ro. de junio en nuestra región geográfica de interés, compuesta por el océano Atlántico tropical, el golfo de México y el mar Caribe.

Como plantean los especialistas, ciclón tropical (CT) es un término genérico empleado para designar los centros de bajas presiones que aparecen sobre las aguas marinas de la zona tropical y subtropical, alrededor de los cuales el viento gira en sentido contrario a las manecillas del reloj en el hemisferio norte.

Suelen estar acompañados por una extensa área de nublados con chubascos, lluvias, tormentas eléctricas y hasta tornados, capaces de abarcar hasta 600 kilómetros o más en determinados casos. Por eso la influencia de los efectos no queda restringida al punto de localización de la región central del sistema, señalado en el mapa.

Tomando en cuenta la velocidad de los vientos máximos promediados en un minuto, los ct se clasifican en depresión tropical, cuando son inferiores a los 63 kilómetros por hora; tormenta tropical, de 63 a 118 km/h, y huracanes si igualan o superan los 119 km/h.

En el caso específico de los huracanes existe la escala Saffir-Simpson, que los divide en cinco categorías. Así pertenecen a la categoría 1 aquellos con vientos máximos sostenidos de 119 a 153 km/h; categoría 2 de 154 a 177; categoría 3 entre 178 y 208; 4 de 209 a 251; y 5 a partir de los 252 km/h. Se consideran intensos de la 3 en adelante.

Resulta oportuno precisar que los organismos ciclónicos reciben denominación una vez alcanzada la fase de tormenta tropical. Para ello el Comité de Huracanes de la IV Región de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), a la cual Cuba pertenece, utiliza una lista de 21 nombres confeccionada por orden alfabético en los idiomas inglés, francés y español, que se repite cada seis años.

De haber una temporada sumamente activa y acabarse la relación prevista, se acude al alfabeto griego, como ocurrió en 2005, cuando hubo la cifra récord de 28 organismos ciclónicos, de los cuales 15 fueron huracanes.

Igualmente, son retirados de forma definitiva los nombres de aquellos meteoros causantes de grandes pérdidas materiales o humanas. Así sucedió,  por ejemplo, con Flora, Andrew, Mitch, Katrina, y más reciente Irma y María.

Los avances científicos en el conocimiento de los CT permitieron determinar la existencia de al menos tres condiciones básicas que favorecen su surgimiento y desarrollo. Son estas la persistencia durante varios días consecutivos de un área de disturbio o mal tiempo; que la temperatura del mar tenga valores de 26,5 grados Celsius o más desde la superficie hasta una profundidad aproximada de 45 metros; y el predominio de vientos débiles y sin cambios notables de dirección y velocidad en la atmósfera superior (baja cizalladura vertical).

También hoy se conoce que la presencia del evento El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) suele deprimir la actividad ciclónica en la cuenca del Atlántico tropical e, incluso, es considerado el factor predictivo fundamental en la mayor parte de los pronósticos estacionales emitidos por diferentes instituciones.

Asimismo, viene ganando credibilidad el concepto de que el Polvo del Sahara constituye un factor adverso a la formación de ct en el Atlántico tropical, al crearles un ambiente sumamente hostil para su desarrollo.

Vale recordar que la principal zona de formación de los ciclones tropicales de junio se localiza en el mar Caribe occidental, y en menor medida en el golfo de México.

Los surgidos en la primera área citada tienden a moverse en un rumbo próximo al norte, trayectoria que convierte a la región occidental de nuestro país en la más expuesta a los efectos directos o indirectos de los organismos ciclónicos del sexto mes del calendario, sobre todo en las dos primeras decenas.

PRECISIONES

– La red de radares meteorológicos recibe el inicio de la temporada ciclónica en plena capacidad operativa. Igual condición presentan las 68 estaciones del servicio meteorológico nacional ubicadas a lo largo de nuestro archipiélago.

– Tras la formación de Andrea el pasado 20 de mayo, los restantes nombres previstos son Barry, Chantal, Dorian, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Imelda, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, Nestor, Olga, Pablo, Rebekak, Sebastien, Tanya, Van y Wendy.

– El récord de presión atmosférica mínima registrada en Cuba es de 916 hectopascal y ocurrió durante el azote a La Habana de la llamada Tormenta de San Francisco de Borja en octubre de 1846.

– La mayor racha de vientos medida en Cuba es de 340 kilómetros por hora en la estación de Paso Real de San Diego, Pinar del Río, el 30 de agosto de 2008. (Tomado de Granma)