Sancti Spíritus: Junio de 2019, el mes más seco de los últimos 70 años

El déficit de precipitaciones registradas en junio ha obligado a distribuir agua en pipa en varias comunidades de la provincia. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

En la provincia solo cayó el 44 por ciento del promedio histórico. Todos los municipios presentaron déficit de lluvia, pero los más afectados resultaron: La Sierpe, Trinidad y Sancti Spíritus

Por: Mary Luz Borrego

Aunque históricamente en la provincia junio resulta el mes más lluvioso del año con una lámina media de 226.6 milímetros (mm), este que acaba de concluir resultó el más seco desde 1951, es decir desde hace casi siete décadas y el cuarto más seco desde que existen datos confiables en 1931, al solo acumular 98.9 mm, que representan solo el 44 por ciento de su promedio.

De acuerdo con el resumen elaborado por el grupo de pronósticos del Centro meteorológico provincial, detalló que desde el 2015 todos los años consecutivos han presentado una tendencia al déficit de precipitaciones cada vez más marcado en este lapso de tiempo.

Todos los municipios presentaron déficit de lluvia, pero los más afectados resultaron: La Sierpe, Trinidad y Sancti Spíritus; mientras que los más beneficiados fueron Jatibonico y Yaguajay, donde se lograron acumulados cercanos al 60 por ciento.

Los mayores acumulados mensuales se registraron puntualmente en Las Cuabas (Fomento), donde cayeron 268.9 mm; en Meneses (Yaguajay), con 214.1 mm; la presa Dignorah (Jatibonico), con 231.4 mm y Perea (Yaguajay), con 211.5 mm.

De acuerdo con el susodicho resumen mensual, “desde el punto de vista meteorológico la principal característica fue la inusual, para la fecha, marcada influencia de las altas presiones oceánicas, que impidió el desarrollo convectivo de la nubosidad típica de los chubascos y tormentas eléctricas propios de la época; así como también el insuficiente contendido de humedad en la troposfera baja, necesario para la formación de nubosidad; a lo cual se le sumó en la segunda mitad del mes fundamentalmente, la influencia de polvo del desierto de Sahara sobre nuestra región geográfica, masas de aire también con muy baja humedad ambiental, situación que favoreció la escasez de lluvias y a la vez el notable incremento de las temperaturas”.

Estas últimas se comportaron por encima de la media histórica del mes: todas las anomalías fueron positivas y la mayoría por encima del grado Celsius de diferencia. De manera particular las temperaturas máximas registraron valores muy por encima de sus respectivas medias mensuales, (34, 35 y 36 grados Celsius), situación estrechamente relacionada con los argumentos antes esbozados. A pesar del intenso calor, en ningún caso se rompieron los récords mensuales históricos y ni siquiera se igualaron. (Escambray)