Voleibol espirituano y el reto olímpico

Los yayaberos Osniel Melgarejo y Adrián Goide buscan el boleto olímpico a Tokio 2020.

Por: Joaquín Gómez Serra

Inició la cuenta regresiva a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y el voleibol espirituano tiene su mirada con tocar la malla alta de la fiesta de los cinco aros a través de Osniel Melgarejo, el mejor atleta de Cuba en el 2019 en deporte colectivo, y por mediación del pasador Adrián Goide.

OTROS ARTÍCULOS DEL ÁMBITO DEPORTIVO

Gallo trinitario Yanieski Duardo en el ruedo de los playoffs
Reconocen a deportistas de Trinidad de Cuba en gala de campeones
Premian evento competitivo de patinaje Trinidad sobre ruedas
Trinidad sobre ruedas es una hermosa realidad
Bronce del trinitario Adonisbel Iznaga aporta subtítulo a Sancti Spíritus en Playa Girón de Boxeo

La opción la tendrán los yayaberos en la norteña ciudad canadiense de Vancouver, en una nómina donde el DT Nicolás Vives alterna veteranos con jóvenes figuras que ya suman kilómetros en su carrera en Cuba y en ligas extranjeras.

El equipo buscará el 10 de enero próximo su boleto a la cita estival de Tokio 20 y para ello se apoyan en una nómina relativamente casi sub23. En los remates, bloqueos y saques de estos jóvenes se depositan las esperanzas de Cuba para que el voley repita su presencia en torneos bajo los cinco aros como se hizo ya en Río de Janeiro, Brasil 2016.

En este empeño será vital el desempeño de los dos voleibolistas espirituanos Melgarejo y Goide, los que unidos a la experiencia del más renqueado de los cubanos, Roberlandy Simón, campeón de la liga italiana se unen a una plantilla oficial que agrupa a muchachos de mucho futuro como Marlon Yant, Miguel Ángel López, así como el zurdo Jesús Herrera.

Le seguirán los pasos en busca de la clasificación, ya que junto al béisbol deben ser las disciplinas colectivas cubanas con reales opciones de asistir a la cita de los cinco aros, Yohan León, José Carlos Romero, Javier Concepción, Julio César Cárdenas, Liván Osoria, Libán Taboada, Yorder García y Roamy Alonso.

El 2020 camina ya raudo por  enero y el deporte de la malla alta apunta rumbo a nuevos retos. El año bisiesto indica que la fiesta del olimpismo se reunirá como cada cuatro años para celebrar los Juegos Olímpicos de Verano.

Inscriptos como regulares en la selección nacional que registró excelentes actuaciones internacionales durante el 2019 (cuatro medallas de oro, dos de plata y una de bronce) para merecer la condición de mejor equipo y mejor deporte, los dos muchachos de la tierra del Yayabo se vislumbran como piezas claves para lograr la ansiada clasificación.

Para ello, la plantilla buscará su boleto a la cita bajo los cinco aros en una cuadrangular prevista para este 10 de enero con sede en la ciudad canadiense de Vancouver. Los nuestros tendrán net por medio a las nóminas de Puerto Rico, México y el anfitrión Canadá.

El evento de tan solo tres días de duración, tendrá un formato de todos contra todos a tan solo una ronda lo que no permitirá descalabro alguno, pues el mínimo error los deja fuera.

Ahora, Nicolás Vives, vuelve a “armar” una nómina de futuro y con posibilidades de clasificar a Tokio, y convertirse en uno de los deportes insignias de la Mayor de las Antillas en este venidero cuatrienio y en el que está por venir.

Por enésima vez se ha logrado armar una plantilla competitiva y con mucha proyección en un futuro a corto plazo. La experiencia de Robertlandy Simón, será vital en una cohesionada nómina cubana llena de corazones jóvenes que laten tan fuertes como sus remates en el taraflex.

En este Torneo Clasificatorio de Vancouver, Canadá, a comenzar el venidero viernes 10, los Leones cubanos, deben pasear la distancia ante Puerto Rico, mientras los anfitriones norteños serán un hueso duro de roer, pero la verdad en el estado de forma que está nuestra nómina, los canadienses parecen superables.

De llegar Cuba con par de victorias, solo quedará por medir fuerzas con el conjunto mexicano, quienes, a pesar de haber mejorado en estos últimos años, no se vislumbran a ser la sorpresa del torneo.

Este clasificatorio puede ser el resurgir de una era dorada para el deporte de los superreflejos en Cuba. Muchos de estos voleibolistas son jugadores noveles que por primera vez buscan representar las cuatro letras en unos Juegos Olímpicos.