Por: José Rafael Gómez Reguera
A pesar de no pocas insatisfacciones, tenemos contacto a diario con el comercio, la gastronomía y los servicios. Imposible es obviarlos en nuestra cotidianidad, bien sea en la ciudad de Trinidad como en los demás Consejos Populares rurales, incluidos aquellos del Plan Turquino.
Por dondequiera que vayamos, quienes laboran en esta esfera están presentes, y el deseo unánime es que la atención al cliente vaya en ascenso, aunque ciertamente permanecen esas zonas algo grisáceas que más temprano que tarde deberán cambiar de color. No puede permitirse maltrato alguno, mala atención, dejadez, ese “no me interesa” del mostrador hacia adentro.
Y aunque se dice que quienes van (vamos) en busca de algún producto, o de un servicio técnico equis, siempre tiene (tenemos) la razón, en ocasiones no es tan así. En no pocas oportunidades, ante una sonrisa, o una explicación de quien vende o sirve, subsisten frases hirientes que llegan a desconcertar. Cierto que carencias materiales, bloqueo de por medio, con esa malsana política de hacer daño y desunir, han dejado anaqueles algo exhaustos, tablilleros enflaquecidos. Pero no pueden dejarnos vacíos de pasiones y sentimientos.
Si la inventiva se ha impuesto en no pocas oportunidades aquí y allá, si la artesanía ha suplido lo industrial en cuestiones textiles, productos de aseo y en bebidas y comestibles, en heroica respuesta, jamás podremos dejar de enfrentar conductas inapropiadas. Tampoco pueden ser tolerables el no me importa, si un producto carece de calidad para su venta, o está por debajo de su peso. Ante ello, urge la rectificación y la medida disciplinaria para que tales hechos no se repitan.
Los trabajadores del comercio, la gastronomía y los servicios celebran su día este 4 de febrero. Con su diario trabajo, ellos están llamados a hacer honor al mártir del sector Fernando Chenard Piña, caído en el asalto al cuartel Moncada, a ese Sí se puede que Raúl Castro Ruz ha enarbolado como indicación, a ese pensar como país, como pide el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.