Camilo Cienfuegos, 88 años en el corazón de Cuba

Camilo, Señor de la Vanguardia. Foto: archivo.

Por: José Rafael Gómez Reguera

A Camilo Cienfuegos Gorriarán se le recuerda en Cuba más allá de las fechas de su nacimiento (Lawton, 6 de febrero de 1932) y de su desaparición física (28 de octubre de 1959). El Héroe de Yaguajay, como también se le conoce, vive eternamente en el corazón de los cubanos.

Su amplia sonrisa y su sombrero alón constituyen símbolos que conocemos desde pequeños y siempre nos acompañan, junto a su uniforme verdeolivo y los tabacos que gustaba disfrutar, como lo más visible. Pero tras todo ello, estaba el ser jovial, alegre, optimista y, sobre todo, fiel a las ideas y la confianza que en él depositara el eterno Comandante en Jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz.

Trinidad tuvo la oportunidad de conocerle personalmente cuando los tensos momentos de la conjura bastistiano-trujillista con la que Estados Unidos y sus secuaces en República Dominicana pretendían derrocar a la naciente Revolución, con una invasión que se organizaba por predios de la Tercera Villa de Cuba con el apoyo de los emigrados contrarrevolucionarios cubanos, así como de elementos militares del antiguo régimen, retirados y en activo dentro del Ejército Rebelde; jefes del II Frente Nacional del Escambray y el aliento de la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos.

Fidel Castro observaba los acontecimientos en compañía de Camilo Cienfuegos, Celia Sánchez, Demetrio Montseny y otros oficiales rebeldes.

Entonces, se pretendió desembarcar armas y pertrechos de guerra por el aeropuerto de Trinidad, y zonas aledañas a la ciudad, y crear aquí una cabeza de playa, tras lo cual sobrevendría la creación de un gobierno títere que solicitaría la intervención del Gobierno de EE.UU. Aquello fue, en definitiva, una de las experiencias previas a la sí realizada invasión por Playa Girón, dos años después, derrocada en menos de 72 horas bajo la dirección personal de Fidel.

Muchas historias sobrevendrían hasta aquel fatídico octubre del 59, cuando el avión en que regresaba desde Camagüey a La Habana desapareció y nunca fue encontrado.

Después de infatigables jornadas, el 12 de noviembre, el Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, Comandante en Jefe Fidel Castro, informaba al pueblo sobre la infructuosa gestión. Sus palabras dejaron impresa para siempre los perfiles heroicos del combatiente extraordinario:

«Hombres como Camilo Cienfuegos surgieron del pueblo y vivieron para el pueblo. Nuestra única compensación ante la pérdida de un compañero tan allegado a nosotros es saber que el pueblo de Cuba produce hombres como él. Camilo vive y vivirá en el pueblo».