Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Lilian Rodríguez es una joven de estos tiempos: le gustan las fiestas, reír, escuchar música, compartir con los amigos, defender sus sueños; por eso hoy, cuando todo el país se une en esta batalla contra un enemigo invisible, que ataca a través de las gotas de saliva, toca a la puerta de los trinitarios para auscultar, más que la salud, la esperanza. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III)
“Comenzamos a las ocho de la mañana, nos reunimos en el consultorio y nos orientan las manzanas a pesquisar, cada día visitamos 50 casas y preguntamos por la cantidad de personas que viven en la vivienda, los adultos mayores y si alguien presenta síntomas respiratorios”.
En un gesto humanista, de compromiso con la vida, 242 alumnos de las especialidades de medicina, enfermería, tecnologías de la salud y estomatología en Trinidad tocan a la puerta, preguntan por síntomas, se preocupan por nuestros ancianos.
“Con ellos hay que tener una conducta especial, cuenta Rachel, otra de las jóvenes que asume con mucha responsabilidad esta tarea, pues pertenecen al grupo más vulnerable; hablamos con los abuelitos y abuelitas, con la familia, insistimos en que no deben salir de casa, que todo sea porque cuando nos volvamos a reunir no falte nadie”.
En su primer día de pesquisa en el poblado costero de La Boca, la alumna de primer año de medicina Ismelis Véliz, transmite confianza: “los profesores nos explicaron bien cómo usar el nasobuco, la distancia que debemos tener en cuenta, no olvidar el lavado de manos; estoy consciente de que es una misión importante a pesar del riesgo y también contribuirá a nuestra formación como profesionales cubanos de la salud”.
Me despido de esta joven trinitaria, que como tantos otros no dudaron en sumarse a la pesquisa en la comunidad con dos encomiendas importantes: protegerse y diagnosticar oportunamente síntomas respiratorios a fin de evitar la propagación de la COVID-19, ocasionada por un virus tremendamente letal.
El doctor Idolkis Colina estudia una segunda especialidad en La Habana, pero ante el llamado de apoyar los servicios médicos en su municipio se incorporó a la atención de personas vulnerables; él simboliza también lo más noble de nuestra juventud, al lado siempre de lo justo, de lo humano: “Trabajamos mucho, de lunes a domingo, pero estoy muy satisfecho de esta misión que nos encomendó la Revolución y vamos a cumplirla, vamos a estar aquí hasta que nos necesiten”.
Después de estos días azarosos, cuando se rompan las distancias, estos jóvenes trinitarios tendrán todas las razones para cumplir sus deseos, reunirse con los amigos, abrazar a sus abuelos, confiar en la certeza de la elección que hicieron un día: ser médicos.