Decenas de futuros profesionales de la Salud recorren a diario los Consejos Populares de la provincia CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III)
Por: Carmen Rodríguez
La jornada comienza temprano. Desde hace dos semanas así es el día a día de Indira de la Caridad Venegas y Melissa Ramírez Méndez, dos jóvenes estudiantes de segundo año de la carrera de Medicina, protagonistas del pesquisaje que se realiza puerta a puerta a fin de detectar la presencia de enfermedades en medio de la batalla contra la COVID-19.
El interrogatorio es incisivo y se repite en cada una de las casas: ¿Cuántos viven? ¿Alguien presenta síntomas gripales o fiebre? ¿Hay alguna persona con más de 60 años? Es la rutina de los cientos de jóvenes de la Universidad de Ciencias Médicas que se repite hasta la saciedad en busca de casos del nuevo coronavirus.
Caridad y Melissa visitan en cada jornada más de 100 familias que, al decir de las muchachas, están bajo su cuidado. Los vecinos abren sus puertas, como hace el viejo maestro retirado que ya las espera a la hora de siempre. “Porque sé que vienen a preocuparse por mí, sólo por eso les estoy gradecido a esas muchachitas”, explica detrás del nasobuco.
“Al acercarnos a las casas nosotras extremamos las medidas de protección y para ello venimos con nasobuco, nos mantenemos a más de un metro de los pobladores y no dejamos nunca la loción antibacterial para las manos y el hipoclorito que usamos tras tocar en cada vivienda”, aseguran las jóvenes.
Como la mayoría de los cubanos, ellas también agradecen la amabilidad del vecindario, pero sobre todo la felicitación de la dirección del país por lo que están haciendo y, como algo especial, los aplausos de cada noche, que también sienten suyos.
“¿Qué si nos preocupa estar en la calle? Un poco, pero vamos a ser médicos, es la profesión que escogimos y la llevamos dentro”.
“Esta es la batalla de hoy, pero puede que en el futuro estemos expuestas a más riesgos y situaciones difíciles y estaremos preparadas”, aseguran indistintamente, mientras continúan, casi al mediodía, su ronda habitual.
(Tomado de Escambay)