Por: Rafael Novoa Pupo
Habían transcurridos solo 2 días de haberse saboreado la Victoria de playa Girón, cuando otro hecho relevante se concretaba en el oriente cubano. Precisamente donde el bravo mambí Antonio Maceo dio su más profunda lección de intransigencia, perpetuada en el legado de no claudicar jamás ante el enemigo, en el eterno Baraguá, surgía el Ejército Oriental.
Nacida al calor de las constantes amenazas del imperialismo para socavar la soberanía de la nueva Cuba, esta institución armada arriba a 59 años de su fundación, desde que el 21 de abril de 1961, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, hiciera tangible la orden del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cuando expresó: “Si salvamos a Oriente, salvamos la Revolución”.
El escenario vivido días antes, en el que aún se percibía el olor a pólvora, puso en alerta a Fidel quien con su visión política y estratégica encomendó a Raúl la honrosa misión de fundar este Mando, integrado en sus inicios por la División 50 Camilo Cienfuegos, la Brigada de Artillería Frank País García, un batallón de zapadores, y cuatro sectores serranos.
Desde ese bastión, fueron días de grandes sacrificios, y también de satisfacción del deber cumplido, así como del inicio del proceso de construcción de las filas del Partido Comunista de Cuba y de la Unión de Jóvenes Comunistas en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, lo que propició un mayor fortalecimiento a esta estructura.
La participación de sus integrantes en el enfrentamiento a las agresiones enemigas, a la que se suman el ejemplar comportamiento de cada uno de sus hombres y mujeres en el cumplimiento de gloriosas misiones internacionalistas, y el papel desempeñado en apoyo a la población ante la ocurrencia de desastres naturales.
A la vuelta de varias décadas, y convertido en un Señor Ejército, como lo denominó su fundador, esta agrupación territorial de fuerzas y medios, garantiza, desde tiempo de paz, la preparación para la defensa del territorio, que abarca desde Camagüey hasta Guantánamo.
Durante todos estos años, se ha mantenido la invulnerabilidad militar alcanzada bajo la concepción estratégica de la Guerra de Todo el Pueblo, tarea constante de este Regimiento que continua perfeccionando su sistema defensivo, así como la preparación político-ideológica, haciendo uso cada vez más eficiente, de la explotación de los medios de combate, y el armamento con que defenderemos a la Patria.
Por eso durante esta jornada de conmemoración, merecen el reconocimiento los hombres y mujeres vestidos de verdeolivo, así como los trabajadores civiles de la defensa, que contribuyen día a día al desarrollo de las tareas y responsabilidades, del que seguirá siendo “El Señor Ejército Oriental”.