Biblioteca Gustavo Izquierdo de Trinidad: 57 años aportando a la cultura

Foto: archivo

Por: José Rafael Gómez Reguera

En medio de una pandemia que obliga a quedarse en casa, a la mayor inmovilidad posible, pero que tiene en los libros hogareños un seguro refugio para fortalecer el intelecto, aprender, y hasta divertirse y recrearse, la biblioteca Gustavo Izquierdo Tardío, de Trinidad ha estado de cumpleaños. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III)

Ya son 57 los años de la primera institución cultural creada en la Ciudad Museo del Caribe tras el triunfo de la Revolución cubana, a la que siempre se evoca con cariño y hasta con un poco de nostalgia, por su colectivo fuerte, conocedor, bien instruido y capaz de orientar a quienes desde niños se acercan al misterioso mundo de los libros, a los que ya no pueden deshacerse del hábito de recorrer historias de principio a fin, fascinados por el lenguaje y la magia de las evocaciones, las historias reales o fantásticas, las imágenes…

Cuesta referirse a todos y cada uno de los que estuvieron en sus momentos de mayor esplendor, porque se corre el imperdonable riesgo de olvidar a alguien, pero es imposible no mencionar, cuando menos, a América Esther Guerra, esa querida mujer de hablar pausado y dulce, que una vez, creo recordar, me dijo que le costaba dirigir, porque amaba el contacto directo con los lectores, pero que también le costaba no aceptar porque se sabía útil.

Era una época en la cual existían una sala de música con sus innumerables discos de vinilo, la hemeroteca con su infinidad de revistas de Trinidad, Cuba y el mundo, capaces de provocar el asombro y la envidia de centros similares; un bibliobús, que iba y venía por zonas intrincadas llevando su carga de conocimientos y sueños hasta los parajes más intrincados;

Se decía que su fondo estaba constituido por 78 mil 126 documentos, distribuidos en las diferentes salas de prestación de servicio, con una para niños y jóvenes, la general; la de Arte y el Fondo de Libros Raros y Valiosos, con 5 mil 124 volúmenes de variado interés temático, probablemente el de mayor envergadura en toda Cuba, además de las consabidas extensiones a otros sitios de la geografía trinitaria.

Biblioteca Municipal Gustavo Izquierdo Tardío, de Trinidad. Foto: Osvaldo Pastrana Torres.

Las tecnologías de la información y la comunicación también han irrumpido en predios de la biblioteca. Las computadoras reclaman su espacio, pero también las queridas fichas bibliográficas a las cuales, inicialmente, nos acercamos temerosos y preferíamos que lo hicieran las bibliotecarias.

En medio de restricciones que obligan a cerrar sus puertas, allí bulle el conocimiento. Otros tiempos vendrán para, en medio de los besos y los abrazos que nos hemos dejado de dar, de las conversaciones que se han quedado truncas en una ciudad culta desde sus cimientos, volver a repasar los libros de esta biblioteca de Trinidad. A ella acudimos de niños, llevamos a nuestros hijos y nietos, y la historia se repite para bien con los que llegan a este mundo nuestro, a veces tumultuoso, pero necesitado de paz, sosiego, conocimiento, todo lo que aportan los libros.  

Mientras, acudamos a nuestros libros en casa y llenémonos de historias y fantasías, sembremos el bichito de la lectura en nuestros hijos y nietos, hagamos un sitio para ese amigo que nada pide y todo lo da: el libro.