Proyecto agropecuario Marabú, de Trinidad, extiende mano solidaria ante la COVID-19

Modestos pero significativos son los aportes del Proyecto Marabú, de Trinidad, al enfrentamiento a la COVID-19. Fotos: Reinaldo José Álvarez Puente .

Por: José Rafael Gómez Reguera

La solidaridad sigue tomando cuerpo en predios trinitarios, ante la aparición del nuevo coronavirus causante de la enfermedad conocida como COVID-19, y abarca los demás diversos sectores sociales, productivos y de los servicios. Tal es el caso del Proyecto Marabú, encaminado a potenciar el quehacer agropecuario en predios de Trinidad, auspiciado por la Universidad de Sancti Spíritus José Martí (UNISS), y la Universidad de Huelva, en España. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III)

Doctor Reinaldo José Álvarez Puente. Foto tomada de su perfil en Facebook.

Según informó el Doctor en Ciencias Reinaldo José Álvarez Puente, el Proyecto Marabú de la UNISS, financiado por la Junta de Andalucía tenía algunos recursos, que aunque eran para aplicar productos químicos en el control de la planta invasora, ellos decidieron donarlos a la dirección de salud del municipio para la protección de los héroes de este momento, el personal de primera línea ante el nuevo coronavirus.  

Es un gesto que, aunque sencillo, mucho se agradece, pues consta de trajes protectores, mascarillas, y guantes de látex, apropiados para evitar la agresividad de productos químicos habitualmente usados en labores agropecuarias.

Este proyecto ha sido dotado de algunos recursos que ya han invertido en las cercanías de la Ciudad Museo del Caribe para eliminar extensos marabusales por la zona conocida como Santiago Escobar, lindando con la bahía de Casilda, y convertirlos en tierras productivas, a la par que prevén potenciar la cría de animales del denominado ganado menor, incluida la apicultura, ya construyen casas para quienes deben laborar en las áreas, y continúan en pos de acrecentar la producción de alimentos sobre bases sustentables con la Permacultura como punto de partida.

Este movimiento, con cada vez más seguidores en Cuba, promueve el uso sostenible del espacio, la autosuficiencia en la producción de alimentos y energía, y el uso racional de los recursos disponibles. Sus fórmulas no son prefijadas, sino que potencian la adaptación y el diseño de espacios según el contexto, donde la sostenibilidad es la palabra de orden.

La Permacultura, que entronca con la conocida agroecología, incluye diseño de hábitat humanos sostenibles y sistemas agriculturales, que imita las relaciones encontradas en los patrones de la naturaleza. Sus ejes centrales son la producción de alimentos, abasto de energía, el diseño del paisaje y la organización de (infra) estructuras sociales. También integra energías renovables y la implementación de ciclos de materiales en el sentido de un uso sustentable de los recursos al nivel ecológico, económico y social.