Esquina caliente en las peñas deportivas trinitarias

Ventura Carballido (izquierda) y Roberto Pacheco, vice y presidente del Consejo Nacional de Peñas Deportivas de Cuba, comparten el Trofeo Olímpico entregado por el COI al movimiento.

Por: Joaquín Gómez Serra

Han transcurrido 21 años desde que se fijara el 4 de mayo, como el Día Nacional de las Peñas Deportivas. En aquella jornada, pero del 1999, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz recibió en la escalinata de la Universidad de la Habana al equipo Cuba de béisbol triunfante en el tope contra los Orioles de Baltimore, de las Grandes Ligas norteamericanas, y a la comitiva que los acompañó. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV)

Era la génesis de un movimiento voluntario que actualmente forma parte indisoluble del movimiento deportivo nacional, apegado a los principios de nuestro líder histórico, su máximo impulsor.

Fidel lanzó la idea de crear el movimiento de peñas deportivas en todo el país, y el municipio Trinidad como parte de Sancti Spíritus no se quedó atrás ante el pedido Poco a poco comenzó a abrirse paso un nuevo concepto, que a la postre dio lugar a este popular y pujante conglomerado de amantes y fanáticos al deporte.

Mantenerse actualmente en la vanguardia de Cuba, es un logro de este movimiento, en una provincia, que tras llevarse a cabo la política de reagrupación en el país, cuenta ahora con 50 de las 104 antes existentes en los ocho municipios yayaberos.

De hecho, de las mil 700 que existen activas en todo el país, solo nueve han recibido la condición de Referencia Nacional, y entre ellas están incluidas dos espirituanas: la Asociación Nacional de Economistas y la trinitaria Santiago Escobar.

Comisiones de embullos, ataviadas con monos deportivos, congas que hacen vibrar de emoción las gradas de los estadios, el embullo y la efervescencia de este movimiento, hacen de nuestra provincia un paradigma en la revitalización de este movimiento, tan necesario y vital para el deporte espirituano y cubano.

Gracias a la pasión en el trabajo de un grupo de aficionados, liderado por Ramón Acosta, nacían en Sancti Spíritus las peñas deportivas, encargadas de defender el deporte libre, participativo, justo, limpio y ético, como todo un derecho del pueblo.

Durante estas más de seis décadas de Revolución y deportes, el activismo ha sido protagonista en la búsqueda de talentos, estimulación a figuras relevantes del deporte y en el desarrollo de actividades en las diferentes manifestaciones de la cultura física y la recreación, en barrios y asentamientos poblacionales del llano y la montaña.

Ese accionar constante en la contribución al cuidado y mantenimiento de las instalaciones y otras iniciativas ha fortalecido este movimiento de soldados voluntarios en la tierra espirituana.

La Primerísima de Agramonte, fundada por Julio Antonio Pérez, inició el despegue dentro del conglomerado de peñas, iniciativa a la que se sumaron La Garaita, quien sin proponérselo constituyó el embrión de lo que son hoy las peñas deportivas en el territorio.

Luego fueron surgiendo la Armando Mestre, de la Villa Patrimonio de la Humanidad, la Vicente Santiago, y la Amado Landa, integrada por ciegos y débiles visuales, ambas de Jatibonico; Los Ripiaos, de Taguasco y La Carreta, de Cabaiguán, además de la Dariel Alberto Calderón, de Fomento y la Rubén Pedrosa, en Yaguajay. Ellas siete fueron seleccionadas dentro de las más destacadas a nivel de país.

A este grupo se unen también la Santiago Escobar, perteneciente a la Casa de la Música EGREM; la Osvaldo Fiss, del hotel Trinidad del Mar; la Barcelonista, seguidora del Real Club español, todas con asentamiento en la tercera Villa fundada por el adelantado Don Diego Velázquez, así como la Idael Cepeda, de Mayajigua y El Ranchón, de Yaguajay.

Y ahora que la opción ante la pandemia del COVID 19 es #QuédateEnCasa, las peñas deportivas de Trinidad y de Sancti Spíritus toman un segundo aire, para cuando se dé la voz de A Jugar en la 60 Serie Nacional de Béisbol, sus miembros, con sus carteles y congas, acudan y vitoreen a sus atletas seguros.

Ellas simbolizan la nueva imagen de los aficionados que se entregan en alma y corazón a seguir a sus parciales, en estadios, salas polideportivas, para desde las gradas alentar a nuestros deportistas a defender su camiseta.