Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
El licenciado en enfermería Francisco Prada Morales ha lidiado cientos de veces con la muerte y como premio guarda la sonrisa de quienes devuelve a la vida. Su vocación le conduce siempre a los sitios donde se confunden los límites entre una y otra, donde solo nos salva la esperanza. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V)
“Soy miembro del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve desde el año 2010, mi primera misión fue en Haití, país azotado por el terremoto y luego la epidemia de cólera; cinco años después formé parte de los profesionales cubanos que combatieron el Ébola en África Occidental; en mi caso estuve en Sierra Leona, allí la experiencia resultó muy triste”.
Francisco Prada Morales, Pancho, como le conocemos en Trinidad me concede esta entrevista, vía WhatsApp, desde las islas Antigua y Barbuda, ahora como miembro de la brigada de profesionales cubanos que ayuda a enfrentar la COVID-19 en esa nación caribeña.
“Somos 27 compañeros, entre médicos y enfermeros; después de terminar la cuarentena que exige el protocolo ya nos encontramos en el hospital, estamos distribuidos por salas: emergencia, medicina, cirugía todas con pacientes sospechosos y positivos; trabajamos por turnos de ocho horas junto al personal del centro asistencial y todos valoran nuestro aporte”.
Más de 20 años en esta profesión salvadora definen cualidades muy especiales en este enfermero trinitario׃ creatividad en su desempeño, fuerza para mantenerse frente al dolor de otros, preparación, talento científico y humano frente a un virus que aprovecha el más pequeño descuido y puede contagiar incluso a los propios compañeros; por eso Prada Morales decidió compartir su experiencia en cuanto al uso del traje y otras medidas de protección probadas en los tiempos del ébola.
“Hicimos dos sesiones, donde explicamos el modo de ponerse el traje y de quitárselo, que es lo más peligroso porque ya está sucio y contaminado, el más mínimo descuido te puede contagiar; así lo hicimos hasta que todos adquirieron habilidades de cómo hacerlo, además de otras medidas como el lavado de las manos. La seguridad del personal que atiende a los pacientes es fundamental para garantizar su manejo y recuperación.”
¿Cómo fue esta vez la despedida?
“Yo he estado en la brigada combatiendo enfermedades de alto peligro y contagio. Siempre me voy sabiendo que en mi país lo dejo todo estable, pero esta vez no ha sido así, esta es una epidemia global, tampoco ha perdonado a Cuba.
“Vuelvo a las filas de la brigada sabiendo que en casa primero cuento con mi esposa, que por 27 años me apoya, se identifica con mi profesión, ella es una mujer responsable, guerrera y fuerte de fe, por eso siempre me voy prometiendo que voy regresar a mi hogar.
¿Piensas en el regreso?
“Si, y seguro que van a estar todos, no solo mi esposa y mi hija, sino toda la familia, mi hermana Yazmina, mi sobrina, van estar esperando una vez más por mí, para celebrar otra victoria lograda.
“A todo mi pueblo trinitario, colegas, vecinos, les doy las gracias por cada mensaje de aliento, de fuerza y de apoyo; gracias por los aplausos de cada día, que los merecen también mis compañeros que luchan contra esta pandemia dentro y fuera de Cuba; gracias Trinidad, gracias Cuba; y recuerden por ti, por mí, por tu familia, por todos, quédate en casa.