Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Ellos que desafiaron todos los peligros, que devolvieron la vida y el aliento, que vivieron no pocos sobresaltos, regresan con lágrimas en los ojos y una satisfacción inmensa por el deber cumplido; son los 14 licenciados en enfermería que prestaron servicios en el Hospital Militar Manuel Fajardo de Villa Clara. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V)
Regresaron a Trinidad que los recibe como lo que son, valientes; hombres y mujeres que dejaron a su familia en casa para traspasar la llamada zona roja, la unidad de cuidados intensivos (UCI) del centro asistencial santaclareño donde permanecen los pacientes de la COVID-19 en estado crítico y allí, arrebatárselos a la muerte.
Algunos con experiencia en la atención a pacientes graves; otros con una efectiva preparación previa a la misión que se les encomendaba; todos con la convicción de que su profesionalidad y humanismo, cual bálsamo sanador, ayudarían también en el combate contra el peligroso nuevo coronavirus.
Tras cumplir 14 días de aislamiento en el hotel Villa La Granjita, de Santa Clara, y recibir el resultado negativo de su PCR retornaron estos profesionales de la enfermería, quienes desde el 28 de abril y hasta el 11 de mayo estuvieron en la primera línea de combate contra el Sars-Cov-2, como parte del contingente «Evidia Álvarez», eminente enfermera espirituana, ya fallecida.
Regresaron a su ciudad con la emoción en cada gesto, con hermosas vivencias que compartirán primero en la intimidad del hogar, con la familia que desde la distancia siempre fue sostén, y luego con amigos y compañeros cuando se incorporen nuevamente a su puesto de labor.
Habrá que contar sus historias una y otra vez; habrá que fundir cientos de abrazos, cuando el amor venza la enfermedad, para agradecer el coraje de nuestros héroes de blanco y puro el corazón.
