Trinidad regresa a la normalidad, pero con disciplina

La actual etapa de recuperación no significa el fin de la pandemia en Cuba. Por tanto, hay que mantener las medidas de higiene y distanciamiento físico. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

Trinidad poco a poco deja el confinamiento y la vida regresa a sus calles, a los establecimientos que aben sus puertas en esta primera fase bajo las medidas higiénico- sanitarias establecidas a fin de minimizar el riesgo y garantizar la “salud” de una ciudad cosmopolita y hospitalaria. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV(V) (VI) (VII)

Pero transitar hacia la normalidad implica un serio compromiso por parte de los trinitarios, responsables de cumplir las indicaciones rectoradas por el sistema de salud pública y con la participación de todos los organismos y entidades en aras de evitar el rebrote de la enfermedad, lo cual implicaría un retroceso en el restablecimiento de la cotidianidad de esta urbe ideal para cualquier proyecto veraniego.

Por ello, las autoridades en el territorio insisten en el cumplimiento de las medidas incorporadas hasta hoy- y enfatizo en dos que tienen total vigencia- el uso obligatorio del nasobuco y el distanciamiento físico entre las personas para todas las actividades, sin excepción.

Se restablece la transportación en Trinidad, bajo estrictas medidas higiénico-sanitarias. Foto: Belkis Niebla López.

De igual forma, se informó que permanecerá, no solo en la primera, sino en todas las fases, la prohibición de entrada a los centros laborales por aquellos trabajadores que presenten síntomas respiratorios, y para ello- apuntó la directora de Salud Pública en Trinidad, la doctora Silvia Odalis Beovides, se mantienen las pesquisas activas en los centros de trabajo y también en la atención primaria de salud.

Son precisamente los profesionales de ese sector quienes tendrán la misión de visitar las instalaciones, velar por el cumplimiento de las acciones sanitarias, recomendar y especialmente continuar con la capacitación en torno a una enfermedad sobre la cual se investiga con el propósito de encontrar nuevas armas para combatirla y vencerla.

La primera de las fases de la recuperación pos-COVID-19 tiene numerosas implicaciones en nuestra ciudad, amén de las anunciadas para el resto de los territorios, como el reinicio de la trasportación de pasajeros y de algunas actividades de la gastronomía; me refiero particularmente a  la reapertura del turismo para el mercado nacional, con todas sus instalaciones extrahoeteleras ya en servicio y un tremendo desafío: encontrar ofertas de calidad, con mejores precios y sin desestimar las medidas sanitarias para evitar la aglomeración de personas. Los propios clientes dirán la última palabra.

No pocos hoteles de Trinidad reabren sus servicios, al turismo nacional, luego de semanas de mantenimiento en todas sus áreas. Foto: Ana Martha Panadés Rodríguez.

Con gran expectativa y evidencias de que ya se violan algunas disposiciones, el primero de julio abre el cordón playa, sitio que verano tras verano reúne a miles de vacacionistas y opciones recreativas en un escenario ideal para el divertimento, en ocasiones sin mesura. Pero esta vez, la COVID-19 impone reglas, cordura y disciplina.

Toca a las fuerzas del orden, a los responsables de entidades y organismos, al pueblo, velar por el bienestar de nuestro verano y si resulta necesario, hacer frente a conductas indebidas, pero prefiero apelar al civismo y a la responsabilidad de los trinitarios, de los cubanos, que supimos derrotar la muerte agazapada en un virus y se nos da ahora la oportunidad de festejar la vida.