Federico Fernández Cavada, ingeniero, militar y artista

Por Alipio Martínez Romero

Federico Fernández-Cavada, hombre extraordinario, de exquisita sensibilidad humana y artística, de profundas ideas revolucionarias, se inspiró en poesías de contenido patriótico, dibujó excelentes obras en lienzo entre ellas “Paisaje cubano” fechado en 1864 y “Río San Juan” de Trinidad, en 1865, los cuales atesora en sus valiosos fondos el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana.

También escribió un artículo basado en la inigualable belleza de las Cuevas de Bellamar, las que abrazan la ciudad de Matanzas, en la costa norte de la isla. En la historia es reconocido como el inventor de un sistema de exploración aérea para observar los movimientos enemigos en Norteamérica.

Asimismo, fue el fundador en Cuba del primer periódico mambí, “La Estrella de Jagua”, el cual se redactaba y distribuía al concluir los combates entre quienes luchaban por la libertad de la nación. Promovió la cartilla para alfabetizar a sus soldados y a la ciudadanía de los poblados rurales.

De igual modo fue el creador del primer cuerpo de Inteligencia del Ejército Mambí con el cual se descubrieron los intentos de la metrópoli española contra el presidente de la República en Armas Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria”, y devino el cienfueguero que primero obtuvo los grados de Mayor General del Ejército Libertador Cubano.

De acuerdo con las fuentes consultadas, el polifacético Federico Eduardo Isidro Fernández-Cavada Howard, nació 8 de julio de 1831 en la noble vivienda de la calle de san Fernando, entre Gacel y Hourrutinier, en la Perla del Sur, hogar familiar que abrigó también a sus hermanos Emilio el de más edad y el pequeño Adolfo, hijos del matrimonio entre Isidoro, oriundo de Santander, España y Emily, filadelfiana de origen francés.

Al morir repentinamente el padre, aun niños, viajan con la madre Emily a Filadelfia Estados Unidos, donde estudia ingeniería civil y topografía en la Universidad de Pennsylvania. En 1861 el joven topógrafo forma parte de la expedición del coronel Trautwine para trabajar en las obras de prospección del canal de Panamá.

Se enrola con grado de Capitán en el vigésimo tercer regimiento de voluntarios de Pennsylvania, en el Ejército de la Unión, durante la Guerra Civil o de Secesión estadounidense. Por su arrojo y valentía brilló en numerosos combates, obtiene el grado de teniente coronel de los ejércitos del leñador-presidente Abraham Lincoln, defensor de la política antiesclavista en esa contienda bélica.

El 1 de julio de 1863, fue hecho prisionero en la gran Batalla de Gettysburg. Permaneció en la cárcel de «Libby», Virginia, hasta enero de 1864 al ser liberado mediante un canje de prisioneros. De inmediato se reincorporó a las tropas y combatió hasta el final de la guerra en abril de 1865.

Luego retorna a Cuba con el entusiasmo de luchar por la independencia de su querida patria. Según el actual Historiado Oficial de la Ciudad Museo del Caribe, Doctor Manuel Lagunilla Martínez, se establece en Trinidad como diplomático al servicio de Estados Unidos en Cuba. Al fundarse la Logia Luz del Sur en la loma de la Vigía, lo nombran Gran Maestro, allí donde tuvo el cielo como techo y los árboles como columna.

Al estallar la Guerra de los Diez Años en 1868, se une a los insurrectos ,muy pronto por su honor, respeto, inteligencia y conocimientos militares, se granjea la confianza de los independentistas e inicia el entrenamiento en una finca cerca del poblado de Condado de un grupo de compatriotas con apego del trinitario José María Sánchez Iznaga, quien regresó a la nación caribeña por Cárdenas, Matanzas en 1850, junto al militar y político español, nacido en Venezuela Narciso López de Urriola, creador del Escudo y la Bandera Nacional de Cuba.

Después de concluir la preparación militar de los patriotas comprometidos con el alzamiento, organiza la sublevación independentista armada en esta región central. El 6 de febrero de 1869 se levanta en armas al frente de las fuerzas de Trinidad y de Cienfuegos. Lo acompaña el patriota insigne trinitario Lino Pérez Muñoz, quien posteriormente como jefe de las huestes de esta sureña zona alcanza los grados de General, sus méritos los mantiene durante las tres guerras por la independencia nacional.

Fernández Cavada, estableció su campamento en «La Macagua», «Sierra de Siguanea». En marzo 1870 fue nombrado jefe de la división de Las Villas, con grado de Mayor General. El 21 de abril tomó a Trinidad. El 27 de julio de 1869 proclamó un manifiesto dirigido a los hacendados cubanos, en el cual llamaba a la guerra de exterminio mediante la tea incendiaria contra las propiedades de los criollos que apoyaran a España.

La consecuente aplicación de ese procedimiento le concedió el sobrenombre de «General Candela». En 1869 libró , entre otros, los combates en los campos insurrectos de «Cabagán», Cabaiguán y «El Caguajal». Fue el primero en poner en práctica la idea de la invasión a occidente, cuando en marzo de 1870 siendo jefe de Las Villas, planteó esa misión al General de Brigada Luis de la Maza Arredondo.

Por el decreto presidencial del 4 de abril de 1870 fue nombrado jefe del Estado Mayor General del Ejército Libertador. El 21 de abril de 1870 lo designan para sustituir al Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz, quien había renunciado al cargo de jefe de la división de Camagüey . En junio de 1870 ordenó realizar otro intento de invasión a occidente, esta vez a cargo del entonces coronel Bernabé Varona (Bembeta). Posteriormente es obligado a renunciar por discrepancias con los camagüeyanos, quienes no aceptan la subordinación a superiores que no fueran nacidos en esa provincia.

Aun en funciones como jefe del Estado Mayor General del Ejército Libertador Cubano, continuó operando contra las tropas españolas en las regiones centrales de Remedios, Villa Clara, y de la actual provincia de Sancti Spíritus, cuna del Mayor General del Ejército Libertador en las tres guerras de independencia Serafín Sánchez Valdivia.

Fue considerado como uno de los grandes estrategas de la Guerra de los Diez Años, su experiencia militar le propició efectuar valiosos aportes a la revolución. Desarrolló la teoría de la lucha guerrillera escribiendo los primeros textos sobre ese tema en Cuba: «Breve instrucción de guerrilla» y la «Guía para jefes y oficiales en campaña». Estos fueron aprobados por la Cámara de Representantes, el 29 de mayo de 1870, con el propósito de su uso en la instrucción de oficiales y tropas, por constituir una táctica factible para enfrentar a fuerzas muy superiores en número, parque y bastimentos.

El 30 de junio de 1871, le es aprobada la idea de salir al exterior con el fin de recabar apoyo para las maltrechas tropas cubanas. En espera de viajar a Estados Unidos desde” Cayo Cruz», Nuevitas, costa norte de Camagüey, afectado por una crisis de asma, fiebre alta y herido en una pierna, fue delatado, hecho prisionero, y fusilado la tenebrosa mañana del primero de julio de 1871, en la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe, una semana exacta antes de cumplir 40 años de su llegada al mundo.

En los momentos finales de su ejemplar vida, como un hombre bravo, paradigma para las nuevas generaciones de cubanos, expuso su pecho de fiel luchador mambí a las balas enemigas, ante el pelotón de fusilamiento rehusó la venda en los ojos, gesto de nobleza permitido por los invasores españoles testigos de sus cuatro últimas palabras pronunciadas, válidas para quienes desde su Olimpo sagrado la Patria “os contempla orgullosa”: Adiós Cuba, hasta siempre”.