Trinidad de Cuba: ¿Adiós al nasobuco?

Desde el Consejo de Defensa Municipal se da seguimiento diario al tema de la COVID-19. Foto: Alipio Martínez Romero.

Por: José Rafael Gómez Reguera

“Aquí no puede entrar nadie a comprar si no trae el nasobuco. Todas las personas saben que para entrar a los establecimientos públicos tienen que usar el nasobuco”. Así expresaba María, la dependienta de la panadería El Destino, de la calle Camilo Cienfuegos (antigua Santo Domingo), en Trinidad, a una muchacha que, en la tarde de este miércoles, llegó para adquirir su pan normado. Y solo se lo vendió tras muchas protestas de la joven quien dijo no vivir cerca y estar imposibilitada de regresar más tarde. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII)

Trabajadores del comercio y la gastrononmía de Trinidad observan medidas higiénico-sanitarias ante la Covid-19. Foto: Belkis Nieblas López.

Con otras tantas reflexiones, la dependienta aleccionaba a personas de la cola, quienes asentían y le daban toda la razón, mientras esperaban su turno de manera organizada, en el exterior. “Y dentro del local, una sola persona”- terminaba María.

Algo diferente se veía en el mercado Ideal La Caoba, donde varias personas se encimaban al mostrador sin el nasobuco puesto, y como si viviéramos tiempos normales, estaban unos casi al lao de los otros, sin que nadie les llamara la atención. Tampoco todos los dependientes lo usaban o lo tenían bien puesto.

Muchos asumen resposablemente la protección propia y la de los demás. Foto tomada del perfil de Pável Peterssen.

“Yo tengo el nasobuco siempre listo para ponérmelo” – me decía la vecina Humbelina. “Uno nunca sabe cómo está la salud de quien se pone a conversar contigo, y hay que cuidarse, porque si no…”- y con las manos hacía la señal de peligro pasando el índice por el cuello, en una imagen que todos conocemos, mientras el rostro reflejaba pavor por un enemigo que se coló en la Isla desde principios de marzo, con los primeros casos precisamente detectados en Trinidad.

Sin embargo, le decía yo a esta mujer sencilla, eso de estar manipulando el nasobuco, poniéndoselo y quitándoselo no es recomendable. A lo que ella espetaba, un “es verdad y asentía con la cabeza”.

Lo cierto es que, para muchos, el peligro de contagiarse con el SARS-COV-2 ha pasado de largo en la Tercera Villa de Cuba, y enfermarse de la COVID-19 es un casi imposible, a juzgar por las escenas que se pueden apreciar en cualquier lugar aquí. Aquellos omentos de miedo, de desasosiego, de extremos cuidados, de no salir de casa salvo a lo estrictamente necesario, de lavarse las manos con frecuencia… en fin, de protegerse uno y proteger a los demás, ya no se avienen con el presente.

Al pasar a la primera fase de la etapa recuperativa, y luego a una segunda, y mantenernos sin casos confirmados en el municipio, no son pocas las personas que dejaron de usar el nasobuco, o el tapaboca, comoquiera que se le llame, aunque de cuando en cuando las alarmas se enciendan en las redes sociales, contando historias de personas a las que las pruebas les han dado positivo, sin más certeza que comentarios de otros.

Los combatientes del MININT aseguran la tranquilidad ciudadana en todo el municipio de Trinidad y han exigido por el uso del nasobuco. Foto: Radio Trinidad.

Incluso antes he visto a los oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria llamarles la atención por no llevarlo puesto (con las consiguientes multas), o por ponerse mal esa tela protectora sobre el rostro, u otro aditamento de similar función, porque, alegan, las autoridades sanitarias han informado que no es obligatorio ahora.

Lo que muchos ignoran, creo yo, es que el nasobuco sigue como acompañante imprescindible, pues si sales de casa es porque vas al trabajo, donde es muy probable que debas usarlo, porque estarás muy cerca de otras personas. O vas en busca de algún artículo en la red comercial, y allí probablemente te exijan su uso. O harás una cola para adquirir cualquier producto, y estarás tan próximo a esos individuos como ellos a ti. Y así, serán diversos los escenarios.

Hace poco, interrogaba a un amigo médico, sobre la pertinencia de usar o no el nasobuco, y cómo llevarlo, y me comentaba: “En esta etapa no es obligatorio llevarlo puesto siempre, pero ayuda a protegernos y a proteger a los demás, sean hijos, padres, hermanos o cualquier otro familiar, amigo, compañeros de trabajo…”

Y agregaba: “Quizás puedas llevarlo en una bolsita y ponértelo cuando estés en medio de una aglomeración de personas. Pero si malo es no ponérselo, también lo es ese quita y pon que se aprecia en muchas personas”.

¿Entonces?, indagué. “Cada cual debe valorar su uso. Yo me lo pongo por respeto a los demás, aunque solo el tiempo necesario, porque se humedece, y puede causar infecciones respiratorias. Pero no es bueno usarlo colgando del cuello, o de las orejas, o llevarlo en la mano como si fuera una cartera, o casi como un babero, porque de todo se ve por ahí…”

En los centros de servicios los trabajadores se protegen y exigen que los demás lo hagan. Foto: Ana Martha Panadés.

El uso del nasobuco es una probada protección contra el nuevo coronavirus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba esta misma semana de que el SARS-COV-2 se traslada a través del aire. La máxima autoridad de salud el planeta sostenía que había una “evidencia emergente” al respecto, tras una carta abierta de más de 200 investigadores de 32 países. En ella instaban a la OMS a reconocer la transmisión aérea del virus.

“Hasta ahora, tanto este grupo de científicos como la OMS coinciden en que el virus se transmite a través de las micropartículas de saliva que expulsa una persona portadora cuando habla, tose o estornuda”.

Y agrega el documento: “Pero (ellos) difieren qué pasa con estas micropartículas cuando están en espacios cerrados. Hasta hoy, la OMS había dicho que las partículas pueden recorrer un máximo de dos metros y luego caen al piso. En cambio, estos investigadores dicen tener evidencia de que el virus puede viajar por varios metros en sitios cerrados, particularmente los poco ventilados, aumentando el riesgo de contagio”. Por tanto, “Hemos estado hablando acerca de la posibilidad de la transmisión a través del aire”, precisó Maria Van Kerkhove, directora técnica de la OMS para la pandemia de COVID-19.

Samadhi Hari Ortiz González, estudiante de Medicina, en plena pesquisa. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

Entonces, ¿sabe usted cómo está de salud esa persona que pasa por su lado sin nasobuco? ¿Qué peligros corren usted y los suyos por no usar ese medio de protección, aunque no esté en una cola o tumulto? ¿Sabe qué tocaron las manos de esa persona hace poco, antes de estrechar las suyas (porque ya han vuelto los estrechones de manos y hasta los besos, dejando atrás a los saludos con el codo)?

Solo le dejo mis ideas para que usted reflexione. Yo, mientras tanto, usaré mi nasobuco sin ningún complejo, aunque con frecuencia transite por sitios donde las personas se aglomeran y no lo usen. El peligro está latente. Fin del confinamiento no significa libre albedrío, que todo ya pasó. La nueva normalidad unca será igual que la anterior. Fijémonos en los ejemplos que nos están transmitiendo de continuo las máximas autoridades del país.