El regreso al aula de Ana Rachel

Ana Rachel una joven con profunda vocación por el magisterio en la escuela primaria José Mendoza García, de Trinidad.

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez

En un aula de segundo grado de la escuela primaria José Mendoza García, en el municipio de Trinidad, una joven maestra disfruta el regreso a esta normalidad que significa el reencuentro con sus alumnos y una profesión de amor. Y es que Ana Rachel Santos Hernández cumplió una promesa, el sueño que acarició desde pequeña. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII)

“Tuve la posibilidad, cuando era muy pequeña, de participar en un Congreso pioneril; durante las sesiones José Ramón Machado Ventura se refirió a la importancia de José Mendoza García que los niños y niñas entendieran la necesidad de formar maestros y de que muchos de los que estábamos allí ese día se integraran a esa tarea de impacto social. Luego de concluir su intervención, él se me acercó, me puso la mano en el hombro y me preguntó qué quería hacer cuando fuera grande. Yo le respondí: quiero ser maestra”.

Aquella niña menuda, inquieta y en extremo cariñosa no solo cumplió su promesa, también tuvo la oportunidad de encontrarse una vez más frente a Machado Ventura y recordarle un momento que marcó su inocencia y su futuro:

“Asistí como una de las delegadas por nuestro municipio a la Asamblea Provincial de balance de la Unión de Jóvenes Comunistas y en la presidencia estaba Machado; después de muchos años pude decirle que había cumplido mi sueño y que me desempeñaba como maestra en una escuela primaria”.

En su segundo curso escolar, la joven egresada de la escuela pedagógica Vladislav Volkov de Sancti Spíritus, agradece ser parte de un colectivo, que puntualiza cada detalle para el reinicio del periodo docente en aras de garantizar la calidad del proceso de aprendizaje de los alumnos de uno de los mayores centros de la enseñanza primaria del sureño territorio y una de las escuelas asociadas a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

“Contaba ansiosa los días para el regreso, – y me mira con un brillo en los ojos que no da lugar a dudas aun cuando los días invitan a la playa o la excursión al río- la epidemia nos obligó a interrumpir el proceso docente, la profundización de contenidos, la consolidación de otros; es el momento de ponernos al día para cuando se reinicien las clases.

“Trabajamos en un primer momento en la limpieza, en la restauración del orden de la escuela, las aulas, organizamos las mesas y sillas para garantizar el distanciamiento físico entre los alumnos; y ahora nos enfocamos en detalles metodológicos, las adecuaciones de los programas, el llenado de los expedientes, el cierre de los registros; y te aseguro que en cada análisis prima la calidad del proceso como elemento fundamental”.

Es tu segundo curso frente a un aula, ¿Cómo asumes el reto de que tus estudiantes se apropien de una formación integral?

“Soy muy joven y todavía necesito conocer, profundizar en mi preparación, aprovechar la experiencia de compañeros con una larga trayectoria en la escuela, pero le insisto mucho a mis alumnos que no deben conformarse con el contenido impartido en la clase, el de una asignatura en específico; es esencial ligarlo todo, entender cómo todo va a servirle en su futuro; la Revolución necesita hombres y mujeres cultos, pero con una visión integradora”.

¿Te desempeñas también como secretaria del comité de base?

“Ser la secretaria del comité de base de la escuela, ha sido una experiencia fuerte, soy militante desde los 15 años, pero nunca había tenido esa responsabilidad; en mi radio de acción se encuentran alumnos de la enseñanza media que realizan sus prácticas en el centro escolar  y por supuesto los trabajadores de la escuela que son militantes;  convergen varias organizaciones: la Organización de Pioneros José Martí, (OPJM) la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, (FEEM) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC); la clave está en integrar las objetivos y tareas para lograr resultados.”

En septiembre Ana Rachel retomará también sus estudios de licenciatura en educación primaria, además de los tantos proyectos que una joven de la Cuba de estos tiempos se ha propuesto lograr.

“Todo puede ser posible, el virus deja no pocas enseñanzas; primero que es invisible y el peligro se mantiene, pero también que no es imposible derrotarlo si trabajamos con disciplina, si cumplimos las orientaciones y trabajamos con unidad; es el momento de que cada quien haga lo que te le toca siempre en función de mejorar; así se pueden lograr muchas cosas.

“Los días de aislamiento fueron difíciles, en mi caso aproveché el tiempo para estudiar, prepararme en la profesión que escogí por amor y vocación; pero no te voy a negar que extrañé a mis niños, a mis amigos; ahora tenemos la posibilidad de recuperar poco a poco lo que antes parecía una simple rutina y que en mi caso se convierte en mi razón de vida”.