La COVID-19 sacude al edificio 12 Plantas de Sancti Spíritus

Todo el acceso ocurre por una sola puerta, donde se aplican medidas higiénicas y solo se permite la entrada a los residentes allí. Foto: Escambray.

Por: José Luis Camellón

Nada de extraño tiene que dada la dispersión de la COVID-19 en Sancti Spíritus el contagio llegara también al 12 Plantas; a fin de cuentas, vivir en el edificio más alto de la ciudad no crea inmunidad ante el SARS-CoV-2, aunque aplicar las medidas y el control tras detectarse en su interior un caso positivo sí ha destapado un protocolo casi exclusivo o, más bien, un régimen de semiaislamiento porque se trata de un inmueble con 132 apartamentos. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII) (IX) (X)

Para un vecindario sacudido otras veces por eventos atípicos, como la contaminación de la cisterna con un cadáver o aquella estremecida del temblor de tierra que asustó hasta al más valiente de los moradores, la noticia de la COVID-19 en sus predios desató las alarmas de la precaución y las preocupaciones.

Todavía Alberto Molina recuerda las repentinas vibraciones de enero pasado que sintió acostado en su cama; “el espejo se movía, bajé enseguida y ni tiempo de peinarme tuve”, relató sobresaltado ese mismo día a la prensa. Ahora, al regreso de la compra de unas yucas en el cercano mercado de Olivos I y casi en el mismo lugar donde narró el susto del temblor, revive aquel inolvidable trance, al tiempo que calma la curiosidad periodística.

“No, no, susto como el del sismo no ha habido otro; esta situación de la COVID-19 es como un temblor de otro tipo, más bien psicológico; pero estamos tranquilos, salimos a buscar las cosas necesarias y hay que ser disciplinado para evitar el contagio”.

El reporte días atrás de un caso positivo trajo consigo rápidas medidas y más de una rutina ha debido reacomodarse en el inmueble, todo en virtud de aislar los contactos y evitar el contagio.  Edith Díaz Rojas, encargada de la administración del edificio, refirió  que las acciones han buscado limitar al máximo la entrada, de manera que solo se les permite a los vecinos, para ello quedó abierta una sola puerta y allí se aplican medidas sanitarias; otro paso importante —acotó— han sido brindar los servicios de la Oficoda y el restaurante por el área exterior, mientras el correo permanece cerrado porque su trabajadora está ingresada como contacto en un centro de aislamiento, explicó.

“En el interior del edificio hay tres viviendas aisladas en el tercer piso, que es el área del caso positivo, con varios contactos en un centro de aislamiento y, en el octavo piso, en otra vivienda, se identificó un contacto de otro caso; de forma general, los vecinos han visto bien que se tomen estas medidas, aunque siempre hay quien se molesta porque se altera la rutina de vida, debe caminar más o no puede recibir visitas, pero hay disciplina y concentramos el rigor en la puerta de entrada”, detalló Díaz Rojas.

Añadió que se realizaron 50 PCR esta semana a vecinos más relacionados con el área interior restringida y otros que mantienen mayor interacción con los públicos, “pero las medidas han venido para bien, los niños están en sus casas, apenas hay personas en los pasillos, creo que nunca había estado tan tranquilo el 12 Plantas”, señaló la encargada.

Aunque hay inquilinos desvelados desde que les hicieron el examen de PCR, otros que llevan días sin pisar el asfalto exterior y hasta una moradora a quien le dio por abandonar el inmueble y refugiarse en Jatibonico, lo cierto es que en el edificio más elevado de la ciudad se le levantan barreras a la COVID-19, mientras sus residentes no parecen demasiado impresionados esta vez por los miedos de la pandemia, como si cada quien le reserva el susto mayor a aquel temblor de tierra que la carismática Estela García Companioni, Cuqui, confundió con un taladro barrenando paredes. (Tomado de Escambray).