COVID-19 en Trinidad de Cuba: ningún caso reportado hoy

Por: José Rafael Gómez Reguera

Si nos ajustamos a las estadísticas, las ofrecidas esta mañana pueden conducirnos al relajamiento, la confianza de que lo peor va quedando detrás. El hecho de que el municipio de Trinidad no haya reportado hoy ningún nuevo caso, según el parte oficial del Ministerio de Salud Pública con cierre a las 12 de la noche de la jornada precedente (martes), no significa que la COVID-19 ha dejado atrás predios sureños. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII) (IX) (X) (XI)

Es el nuevo coronavirus un enemigo silencioso, letal, altamente contagioso, y son altos los números de personas confirmadas como positivas, pero con carácter de asintomáticas. En buen español ello significa que no tienen síntomas. Portan el virus, pero no tienen ninguna manifestación que lo revele. Solo con las pruebas efectuadas por ser contacto de caso confirmado o sospechoso, o por los exámenes efectuados de manera aleatoria en centros laborales y barrios residenciales, son detectados.

La COVID-19 ha puesto patas arriba a todo el mundo. Cuba no ha sido la excepción. Trinidad saltó a los titulares de la Isla y del mundo por haber sido el sitio donde fueron detectados los tres primeros casos del SARS-CoV-2 en el país, turistas italianos alojados en un hostal de la Tercera Villa cubana. Mas luego del desasosiego, del natural nerviosismo, de extremar medidas al interior de los hogares y en espacios públicos, afortunadamente la situación fue controlada.

No fue hasta hace relativamente poco tiempo que turistas nacionales provenientes de Ciego de Ávila, alojados en el hotel Village Costasur, de la zona de María Aguilar, dieron inicio al rebrote en el territorio y provocaron el cierre de la instalación, declarada en cuarentena y considerada, entonces, como un evento de transmisión local autóctona.

Nuevamente cundió el pánico, pues muchos trabajadores de la instalación fueron aislados por haber estado, presuntamente, en contacto con esos turistas o transitar por los espacios por donde ellos lo habían hecho antes. Otro tanto sucedió con familiares y amigos relacionados con unos y otros. Se afectaron, asimismo, directivos, técnicos y obreros vinculados a la construcción de los futuros hoteles de la península. Podrá comprenderse que a Trinidad regresaron los momentos de temor por quienes salían a las calles e iban a trabajar o a las escuelas.

Afortunadamente las medidas restrictivas surtieron efecto hasta que, no muy distante en el tiempo, choferes de Taxis Cuba, en función de trabajo en la esfera de la Salud Pública en la ciudad cabecera provincial (Sancti Spíritus), resultaron igualmente contagiados, y nuevamente la cadena comenzó a crecer con su saldo de confirmados como positivos, contactos, sospechosos… Y fue necesario volver a las restricciones, a no salir a las calles, a limitar el acceso a establecimientos públicos o cerrarlos, a interrumpir las clases al menos en la primaria…

A pesar de que se ha demostrado cuán peligroso es el nuevo coronavirus, todavía hay quienes, sorprendentemente, parecen jugar a la ruleta rusa organizando festejos familiares, por pequeños e inocentes que estos parezcan, comparten vasos, cucharas o tenedores, bailan o se divierten ben cerca unos de otros, sin usar nasobucos, y ponen en peligro no solo a sus propias familias sino a toda la comunidad.

Lo mismo sucede con quienes ignoran cuán importante es el distanciamiento físico al hacer colas para comprar cualquier producto, normado o liberado. Si no intervienen fuerzas del orden, todo seguiría igual. Incluso ha habido instantes en que oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria les han llamado la atención y minutos después, todo sigue igual que antes en evidente indisciplina social devenida gigantesca irresponsabilidad.

No reportar casos nuevos no puede llevarnos al engaño: hay que cuidarse y cuidar a los demás. No hay alternativas. No podemos ignorar las vidas segadas por la COVID-19, los cuantiosos recursos destinados a proteger la salud del pueblo, el daño que ha recibido la economía, el esfuerzo casi sobrehumano de miles y miles de compatriotas de la Salud Pública, en las zonas rojas y fuera de ellas. O cumplimos las disposiciones o habrá que hacerlas cumplir. Solo así podremos regresar a etapas de recuperación y a lo que se ha dado en llamar la “nueva normalidad”.