Trinidad de Cuba: Cuando la COVID-19 anda cerca, no valen descuidos

Zona de restricción de la calle Maceo, aledaña al hospital General de la ciudad y su área pediátrica. Foto: José Rafael Gómez Reguera.

Por: José Rafael Gómez Reguera

Si la salud es lo más preciado del ser humano, no puede haber contemplaciones cuando de violaciones a lo establecido en los protocolos higiénico-sanitarios establecidos para contener la pandemia. Si el Consejo de Defensa establece zonas con restricción de movimiento, poderosas razones animan a las autoridades, incluidas las de la Salud Pública, a férreas medidas. Entonces, no se pueden admitir violaciones. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII) (IX) (X) (XI)

La zona de restricción de movimientos en la calle Maceo, entre Manuel Fajardo y Eliope Paz, casi inmediatamente después de establecida, supo de personas que, independientemente de sus necesidades personales, salían de sus casas a cuestiones que bien pudieran estar justificadas, o ser más o menos urgentes, pero siempre signadas por el peligro hacia ellos y hacia aquellos a quienes visitan o con quienes establecen algún vínculo social.

Cierto: hay que resolver los problemas de cada cual con el concurso de la comunidad y de empresas y organismos del territorio como ha sucedido en otros sitios. Es innegable. La comunicación no puede perderse, y no por estar cerca del Hospital General de la ciudad, y su área pediátrica. A nadie se aísla por gusto. El Estado se toma bien en serio en combate contra la pandemia.

Si Trinidad vivió momentos tensos en el pasado mes de marzo, cuando se detectaron tres turistas alojados en un hostal de la Tercera Villa de Cuba, confirmados con el SARS-CoV-2,  a consecuencia de lo cual se estableció un férreo #QuédateEnCasa; si hubo que suspender las actividades económicas y el curso escolar, si todos hemos sufrido psicológicamente, con énfasis en los pequeñines que muchas veces no llegan a comprender el alcance del problema… ¿Cómo es posible que haya bajado tanto la percepción de riesgo entre algunos ciudadanos?

Cercanos en el tiempo están, todavía, los eventos abiertos, primero, en el hotel Village Costasur que trascendió a la ciudad y mucho más allá del entorno citadino. Y volvieron los miedos, las restricciones, los aislamientos, la solicitud de suspender de nuevo el curso escolar… Y a ello le siguió el evento vinculado con los choferes de la Agencia Taxis Cuba, de servicio en la ciudad de Sancti Spíritus y a la postre, muchos de ellos contagiados con el SARS-CoV-2, familiares afectados, zonas restringidas, temores de regreso…

Otro caso detectado en el Hospital General Doctor Tomás Carrera Galiano de esta urbe sureña volvió a encender las alarmas. Y nadie puede determinar cuándo podremos regresar a la llamada “Nueva Normalidad”, esa que tanto ansiamos para retomar algo de nuestras vidas privadas y sociales, que los pequeñines puedan sentirse más seguros, aunque estemos obligados a usar el nasobuco, a desinfectarnos las manos y el calzado, a mantener el distanciamiento físico, a no ser nunca más los mismos…

No puede haber justificación alguna para incumplir las disposiciones establecidas para contener la pandemia. Podremos tener días sin nuevos casos, o con sospechosos, o con nuevos aislados dadas las encuestas para llegar hasta el último de los posibles contactos… Pero si no somos disciplinados y entendemos que podemos enfermar y contagiar a los demás, que alguien puede estar contagiado y no saberlo, por no mostrar síntomas de la enfermedad, no ganaremos esta batalla que ya tanto cuesta a la economía y en cuya contención tantos recursos siguen invirtiéndose…

Las vacunas, sí, siguen su trayecto valorativo. Nuestro personal de Salud mantiene heroicas jornadas, unos tratando de sostener los servicios básicos, otros en las zonas Rojas, con serios peligros para sus vidas. Y eso, sin contar con los que parten en brigadas médicas a salvar vidas en cualquier rincón del mundo y al regreso, muestran su disposición de reincorporarse enseguida a sus deberes.

Pero la ciudadanía ha de ser responsable. Y las autoridades, férreas en la exigencia para que nadie se sienta con derecho de ignorar la letalidad de un virus que ya ha cobrado, hasta el último reporte oficial del MINSAP, 129 fallecidos. ¿O todavía hay alguien que piensa que a él o a ella no le puede suceder nada?