Tomas Gutiérrez Alea, destacado cineasta cubano

Por: Rafael Novoa Pupo

Tomás Gutiérrez Alea, apodado Titón, nació en La Habana el 11 de diciembre de 1928. Fue un influyente cineasta cubano. Escribió y dirigió más de 20 largometrajes, documentales y cortos, conocidos por su influencia en Cuba y en América Latina, y su delicado equilibrio entre la dedicación a la Revolución y la crítica sobre la situación social, económica y política del país.

El trabajo de Gutiérrez Alea es representativo de un movimiento ocurrido en la década de 1960-1970 conocido colectivamente como Nuevo Cine Latinoamericano. Este movimiento colectivo, también denominado Cine Libre o Cine Imperfecto, estaba profundamente preocupado por los problemas derivados del neocolonialismo y la identidad cultural.

Se inicia en el cine en 1948, filmando cortos humorísticos. Fue fundador de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo que agrupaba a intelectuales de izquierda en 1950. En 1951 se gradúa de abogado y viaja a Roma para estudiar Dirección de Cine en el Centro Sperimentale di Cinematografía.

Realiza entonces documentales y cortos humorísticos para Cine Revista. Aparece en 1955 junto a Julio García Espinosa en El Mégano, un documental sobre la vida de los carboneros en la Ciénaga de Zapata que es considerado por críticos como lo mejor de la creación cubana en esa década. Debido a la descarnada crítica social ejercida por el filme, el mismo fue secuestrado por la policía del régimen dictatorial de Fulgencio Batista.

Al triunfar la Revolución cubana organiza en 1959, junto a otros directores, la sección de cine de la Dirección de Cultura del Ejército Rebelde, donde inicia la filmación de Esta tierra nuestra, primer documental después del período revolucionario. Aunque luego dedicaría su carrera al largometraje de ficción, volvería de vez en cuando al documental, como en El arte del Tabaco (1974) y en colaboración con Santiago Álvarez en Muerte al invasor (1961).

El 24 de marzo de 1959 estuvo junto a Santiago Álvarez, Alfredo Guevara, Saúl Yelín y Antonio Briones junto a los fundadores del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

Fue miembro fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y en 1960 realizó el primer largometraje de ficción del ICAIC, Historias de la Revolución, con el cual inicia una obra cinematográfica que lo hace conocido en el mundo entero como uno de los grandes de la cinematografía latinoamericana.

En la década de los 60, también realizaría filmes como Las doce sillas, La muerte de un burócrata y la clásica Memorias del subdesarrollo, que mostrarían su genio cinematográfico. Otras logradas cintas de su cinematografía son: La última cena (1976), Los sobrevivientes (1978), y Fresa y Chocolate (1993), esta última junto a Juan Carlos Tabío y nominada para el Oscar. Junto a Tabío realizó también su último filme en 1995, Guantanamera.

En una entrevista durante la filmación de Fresa y Chocolate, Alea, uno de los intelectuales más sobresalientes de Cuba en las últimas décadas, confesó: «Para mí el cine sigue siendo un instrumento valiosísimo de penetración de la realidad (…). El cine no es retratar la realidad simplemente. El cine es manipular. Te da la posibilidad de manipular distintos aspectos de la realidad, crear nuevos significados, y es en ese juego que uno aprende lo que es el mundo».

En múltiples ciudades de Europa, América y Asia, se ofrecen retrospectivas de sus obras. Gutierrez Alea dictó conferencias y seminarios en centros culturales y de estudios de varios países. Participó como asesor en los talleres de realización del Sundance Institute, en Estados Unidos. Recibió numerosas distinciones, entre ellas: La Orden por la Cultura Nacional, la Orden Félix Varela de Primer Grado, otorgada por el Consejo de Estado, y en 1988, le conceden la categoría docente de Profesor Titular Adjunto en el Instituto Superior de Arte.

También escribió ensayos y artículos publicados en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Es autor del ensayo Dialéctica del espectador. Sus filmes han recibido numerosos premios, y distinciones en todo el mundo.

Tomás Gutiérrez Alea falleció a los 68 años en La Habana, el 16 de abril de 1996. (Con información de Cubadebate y Ecured).