Liderazgo republicano en Estados Unidos intenta reparar daño de Donald Trump

Foto tomada de PL

Los congresistas republicanos se reunirán hoy para debatir sobre el futuro de ese partido en la Cámara de Representantes estadounidense y de su liderazgo, tras el daño que les ocasionó el expresidente Donald Trump.

El encuentro de los legisladores deberá proyectar un curso de acción respecto al papel de la presidenta de la conferencia de esa agrupación política, Liz Cheney.

También se espera que se decida la suerte de la polémica representante por el partido rojo Marjorie Taylor Greene (de Georgia), famosa por hacerse eco de teorías conspirativas y criticada por varias afirmaciones racistas y de corte violento anteriormente.

A juicio del diario The Hill, esta ‘discusión familiar’ se produce este miércoles cuando se desata una guerra civil dentro del Partido Republicano sobre la dirección que debería tomar la agrupación roja en la era posterior a Trump, y varias fuentes republicanas dicen que esperan un aumento de las tensiones.

Los conservadores buscan expulsar a Cheney, la republicana número tres en la Cámara de Representantes y la mujer de mayor rango en el liderazgo, de su puesto de presidenta de la conferencia.

Cheney mantuvo sus decisiones a pesar de ser criticada por romper con Trump en temas clave y, en ocasiones, condenar su retórica durante el curso de su administración, destaca The Hill.

Está previsto que los conservadores presenten su resolución este miércoles, pero fuentes cercanas a este plan señalan que podrían enfrentar obstáculos para destituir a Cheney, pues para sacarla del puesto los republicanos tendrían que estar de acuerdo en realizar inmediatamente una votación.

Según el portal digital Politico, en los últimos días Cheney estuvo buscando apoyo a toda costa y varios aliados le prometieron hablar a su favor en la reunión del miércoles por la tarde.

En este contexto, una encuesta reciente reveló que decenas de exfuncionarios republicanos de la administración del expresidente George W. Bush (2001-2009) abandonaron su partido, después del ataque al Capitolio el 6 de enero pasado.

Los renunciantes argumentaron estar consternados porque muchos de sus correligionarios electos no repudiaron a Trump tras las falsas afirmaciones de este sobre fraude electoral que provocaron el asalto a la sede del Congreso.

Estas exfiguras gubernamentales dicen que ya no reconocen a la organización que servían debido a que esta sigue venerando a Trump, algunos renunciaron a su membresía, mientras otros se registraron como independientes, señala la pesquisa, realizada por la agencia Reuters.

El Partido Republicano como lo conocía ya no existe, ahora es un culto a Trump, dijo Jimmy Gurulé, quien fue subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera en la administración Bush.

El exmandatario fue acusado el 13 de enero por la Cámara de Representantes liderada por los demócratas por cargos de ‘incitación a la insurrección’, el único presidente en ser acusado dos veces durante su mandato. (Agencia Prensa Latina).