La Trinidad de Graziella Pogolotti

Graziella Pogolotti. Foto: Cubasí.

Por: Juan Carlos Naranjo

El encuentro con Trinidad es para intelectuales de talla extra hito imborrable, alimento de sus vidas en lo profesional y lo íntimo. Y es que la añeja urbe embota los sentidos. Por eso en cada visita se pacta el retorno.

Y es que el apogeo restaurador deslumbró a la investigadora, crítica de arte, ensayista Graziella Pogolotti cuando  en el 2007 regresa a la Tercera Villa de Cuba, invitada de lujo a la décimo sexta Feria Internacional del Libro. Así revivía un antes.

“En esa ocasión encontré todo un trabajo de rescate, de animación de la artesanía. He llegado en un momento de plenitud, por eso mi retorno a Trinidad me ha resultado muy satisfactorio,” dijo.

“Yo visité por primera vez a Trinidad recién graduada de la universidad en el año 1952, básicamente para conocer la arquitectura trinitaria y adonde he regresado muchas veces. Aquí en esta zona cuando formaba parte del Regional Escambray permanecí también un número de años con un grupo de estudiantes”.

Y es que la profesora de la Universidad de La Habana, Premio Nacional de Literatura 2005 abría los senderos que le imponía la investigación. Por eso subió y bajó lomas enrolada desde su fundación en el grupo Teatro Escambray: junto a la compañía encaminaba un estudio social en el macizo montañoso.

“Para mí la investigación, el estudio y de algún modo la animación cultural no ha sido trabajo sino disfrute y realización personal”.

La hija del pintor Marcelo Pogolotti desandaba los nuevos caminos de la cultura: la joven Revolución le daba la oportunidad. Por eso Trinidad y sus montañas cuentan en la sapiencia de la niña que llegó de Francia a los ocho años y no le fue difícil aplatanarse en Cuba.

“Yo nací en París y de algún modo me quedaba esa nostalgia del lugar donde uno ha nacido y permanecido por una breve etapa, por ese motivo es mi afinidad por la literatura francesa”.

Nadie mentiría si dijera que la Pogolotti es hoy una de las intelectuales más cultas de Cuba.

¿Qué no sabe Graziella de las artes, la historia, la política y la vida cotidiana? Los estudios académicos le dieron el vasto conocimiento, pero también su andar por los caminos más azarosos, desafiando dificultades.