Nuestros niños, felices, protegidos y siempre en pos de un futuro mejor

Foto: Radio Camagüey

Por: José Rafael Gómez Reguera

Es el tercer domingo de julio, Día de los niños en Cuba. En cada hogar hay felicitaciones, besos, sonrisas y amor infinito por esos pequeños príncipes que ante la COVID-19 hemos cuidado y protegido con esmero. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV(V) (VI) (VII) (VIII)

Varios meses de encierro no han resultado fáciles para ellos. Quizás los más grandecitos hayan resultado más comprensivos, aunque, paradójicamente, menos “manejables”. Los pequeñines, en cambio, no siempre han comprendido el peligro de un invasor invisible que les ha impedido ir la escuela, visitar los parques infantiles, visitar a los abuelos distantes…

Foto: Escambray

Para todos ellos el confinamiento, tras las seguras puertas del hogar, ha supuesto experiencias diversas. En ello pienso cuando les justifico el tiempo extra dedicado a los “muñes” en la televisión, o el frecuente maneo de celulares, tabletas y computadoras mucho más allá del tiempo aconsejable.

Las oportunidades no han faltado para poder leerles cuentos, poesías, fáculas y leyendas, y luego preguntarles cómo imaginan a los personajes de esas historias. Dejarles una narración en suspenso y al siguiente día rememorar juntos lo leído y escuchado es un ardid aportador que siempre motiva.

Quedarse en casa durante tanto tiempo no ha sido una opción sino una necesidad. Muchos de nuestros niños solo han salido a las puertas de sus casas para aplaudir a los héroes de batas blancas, y junto a ellos, a todos los que de una forma u otra enfrentan, desde diferentes tareas, al nuevo coronavirus. Luego, de nuevo a retomar la vida hogareña sin salir a las calles.

Esta fecha dominical llega cuando se atraviesa ya por la tercera fase de la etapa recuperativa. Hay opciones de salir siempre que nos protejamos, guardemos la distancia física con los demás, y respetemos las demás medidas higiénico-sanitaria conocidas desde antes.

Foto: José Rafael Gomez Reguera

En esta Cuba nuestra, donde lo primero es la salud, es el hombre, es la vida, los niños son centro de nuestra existencia como nación. Así seguiremos cuando hayamos dejado detrás estos días de preocupaciones y limitaciones, y avancemos hacia la “nueva normalidad”, que nunca será tan normal, tan igual a la anterior.

Pero si de algo debemos estar seguros es de que nuestros niños, esos que se divertirán en este Verano por la Vida, esos que en septiembre reiniciarán el curso escolar interrumpido, para luego pasar al siguiente nivel, seguirán siendo nuestra esperanza.