Por: Rafael Novoa Pupo
Aún guarda mi memoria, recuerdos de mi infancia en mi querido Santiago, cada vez que llegaba el mes de julio, y con ello una singular tristeza en el rostro de mi querida abuela Rogelia, a quien la vida le dio la amarga coyuntura de vivir posiblemente en los 73 años que vivió, el crimen más horrendo, que jamás sus ojos vieron.
El 30 de julio de 1957 alrededor de las cuatro de la tarde, fueron asesinados a sangre fría Frank País y Raúl Pujols. Ambos revolucionarios se refugiaban en la casa de Pujol en la Calle San Germán No. 204 bajos.
Al enterarse de que la policía se encontraba inspeccionando casas cerca de allí, Frank despidió a un grupo de compañeros que lograron escapar de la masacre en un carro, quedándose él y Pujol, en la casa de este último. Luego ambos decidieron alejarse de la zona, salieron a la calle cuando fueron interceptados por los guardias, al ser identificado Frank por uno de los guardias, Luis Mariano Randich, quien había sido compañero de Frank en la Escuela Normal para Maestros, y conocía muy bien a los estudiantes devenidos revolucionarios, al recrudecerse la lucha contra la dictadura.
Seguidamente, Raúl y Frank fueron golpeados y cobardemente asesinados por el Teniente Coronel José María Salas Cañizares, uno de los esbirros más leales a la dictadura de Fulgencio Batista.
Frank País, tenía solo 22 años cuando cayó acribillado a balazos en el Callejón del Muro, y ya había hecho historia y grabado su nombre con letras indelebles entre los mejores hijos de Cuba. Fue un amante de la poesía, músico y pintor aficionado, pero, sobre todo, maestro y revolucionario.
“¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad, que han asesinado. No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quién era Frank País; lo que había en él de grande y prometedor. (…) Frank País, el más valioso, el más útil, el más extraordinario de nuestros combatientes”, exclamó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al conocer la dolorosa noticia.
A sus escasos 22 años, Frank había demostrado con creces el valor y la lealtad al creciente movimiento revolucionario que lo caracterizaba. Destacó como líder estudiantil y aun hoy es considerado el alma de la lucha clandestina. Esas condiciones lo llevaron a ser nombrado jefe de Acción y Sabotaje y miembro de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio.
Frank País, incorporó a la lucha a obreros y jóvenes, y buscó siempre incluir a personas de todas las edades y sectores sociales. Organizó y lideró el alzamiento en Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, que serviría de apoyo al desembarco de la expedición del Granma, aunque el mal tiempo retrasó la llegada del yate, a la isla.
En honor a ellos, el 26 de julio de 1959 en el cuartel Moncada, el Consejo de Ministros acordó declarar esa fecha, como el Día de los Mártires de la Revolución. (Con información del periódico Granma).