Filme Mi pobre angelito 2 se queda sin Trump

Varios de los millones de espectadores que disfrutan cada fin de año del filme Mi pobre angelito 2, no quieren más a Trump en él. Foto: Fotograma de la Película.

La indignación colectiva que ha estallado ahora en las redes sociales no lo quiere más en una historia que cada fin de año, casi religiosamente, suele verse con alegría por millones de espectadores

Más allá de los debates ocasionados por la llamada Cultura de la cancelación, y sus no pocos puntos polémicos, lo cierto es que Macaulay Culkin está de acuerdo con suprimir a Donald Trump de una escena donde el magnate aparece hablando con el niño que interpreta el actor en Mi pobre angelito 2, perdido en Nueva York (Chris Columbus, 1992), filme considerado un clásico y que recobra actualidad en Estados Unidos con cada celebración de la Navidad.

La decisión llega en los momentos en que, sobre la cabeza del todavía presidente, se vuelca un jarro de nefandas consecuencias, tras el papel de sedicioso que jugara promoviendo una invasión neofascista al Capitolio de Washington.

De cómo se tomará Trump el tijeretazo a la película de la 20th Century Fox, promovido por miles de personas en las redes sociales, es algo difícil de predecir cuando debe enfrentar un segundo juicio político ante el Congreso y, además, sus arcas se recienten a causa de medidas que diversas entidades vienen tomando contra sus dominios financieros, sin olvidar que un futuro aciago frente a los tribunales –que acusaciones no faltan– puede estar esperándolo al doblar de la esquina.

Pero si se tiene en cuenta el narcisismo que ha llevado a Trump a representar su propio papel de Trump como exitoso empresario en unas 13 o 14 películas, cabe pensar que el corte de celuloide propuesto vendría a ejercer la función de la clásica gota de agua en medio de una copa, desbordada también por las prohibiciones de que siga envenenando las redes sociales con sus mentiras y manipulaciones.

Y más aún cuando, en medio de las peticiones de muchos, se hace pública su exigencia de aparecer unos segundos en Mi pobre angelito 2 o, de lo contrario, se negaba en rotundo a que se filmara en el New York Plaza, hotel propiedad suya entre 1988 y 1995.

Al respecto, el actor Matt Damon ha sido concluyente: «No se pudo acceder a las instalaciones del inmueble hasta que Donald Trump obtuvo el papel».

En más de una ocasión, Trump ha dicho que, de joven, se parecía bastante a Elvis Presley, y que bien pudo desarrollar una carrera en el cine. En 1989, ya siendo un millonario, tuvo su primera oportunidad de cierto protagonismo en una cinta rodada junto a la monumental Bo Derek, fábula erótica titulada Los fantasmas no pueden hacerlo. Ahí se le pudo ver haciendo caritas al lado de la actriz; ella en el papel de una joven viuda que, tras el suicidio de su viejo marido (Anthony Quinn), trata de tomar desquite sexual con lo mejor que se le presente.

La crítica cinematográfica calificó el filme de «abominación cinematográfica» y Trump recibió dos nominaciones a los premios Razzie, encargados de «premiar» lo más infame de la producción de ese año: Peor Actor de Reparto y Peor Nueva Estrella.

Nadie se acuerda de esa película, ni de otras donde, al igual que en Mi pobre angelito 2, apareció unos segundos, pero la indignación colectiva que ha estallado ahora en las redes sociales no lo quiere más en una historia que cada fin de año, casi religiosamente, suele verse con alegría por millones de espectadores.

Macaulay Culkin, hoy con 40 años, tras expresar su acuerdo con la campaña por el corte de Trump, le ha contestado a otra persona que le dijo haberlo eliminado por su cuenta: ¡Bravo! (Tomado de Granma).