La contratación de dos halcones de la política norteamericana como asesores del fugitivo expresidente peruano Alejandro Toledo pone en duda la efectividad de un pedido de extradición del exgobernante desde Estados Unidos.
El neoliberal Toledo (2001-06) contrató a Roger Noriega y Richard J. Douglas, del gobernante Partido Republicano y de conocidas influencias políticas en Washington, que el prófugo cree les pueden servir para evitar su detención y la extradición pedida a la justicia norteamericana.
Toledo y su esposa belga, Eliane Karp, son acusados de lavado de activos y el primero de haber recibido un soborno de 20 millones de dólares de la empresa brasileña Odebrecht, a través de su allegado Yosef Maiman, un veterano agente de la inteligencia de Israel.
Noriega fue secretario de Estado adjunto para Asuntos de Hemisferio Occidental entre 2003 y 2005, cuando Toledo gobernaba en Perú con una política internacional de pleno apego a Washington y hostil o distante de los gobiernos progresistas de la región.
El hoy asesor de Toledo fue representante de la OEA y secretario de Estado Adjunto bajo el gobierno del extremista de derecha George W. Busch, y se caracterizó por conspirar contra gobiernos como los de Venezuela y Cuba.
Douglas, por su parte, es señalado por el semanario local Hildebrandt en sus Trece como “un alfil del Partido Republicano” que trabajó en el Pentágono y es un conocedor de temas de extradición por su paso por la oficina dedicada al tema en el Departamento (ministerio) de Justicia de Estados Unidos.
Ha sido además secretario Adjunto de Defensa y abogado de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado y asesor parlamentario en asuntos de inteligencia.
La citada publicación señala que Noriega y Douglas han asumido el manejo de la defensa de Toledo en Perú y en Estados Unidos, con una estrategia que busca evitar la extradición alegando que Toledo es objeto de persecución política y de carencia de garantías de un debido proceso.
El presidente de la Corte Suprema de Perú, Duberlí Rodríguez, ha exhortado a la justicia de Estados Unido a proceder con celeridad al trámite de extradición, teniendo en cuenta criterios de reciprocidad, pues Lima ha atendido con presteza solicitudes norteamericanas de extradición.
(Tomado de Cubadebate)