
Al citar una información de Prensa Latina, Cambio señala que el ejecutivo del mandatario republicano, empeñado en escuchar solamente a un grupo reducido de legisladores cubanoamericanos y funcionarios de línea dura, volvió a dar la espalda a las numerosas voces que dentro de EE.UU. demandan la libertad de ir sin restricciones a la nación caribeña.
Los estadounidenses tienen vetado dirigirse a Cuba como turistas, y en la actualidad solo pueden viajar allí bajo 12 categorías, entre ellas las visitas familiares, apoyo al pueblo, y actividades periodísticas, religiosas o educativas.
Como parte de la reversión del proceso para normalizar las relaciones bilaterales, en noviembre de 2017 la Oficina de Control de Activos Extranjeros modificó la licencia general de las actividades educativas pueblo a pueblo y eliminó la autorización de viajes individuales.
Las nuevas restricciones recibieron de inmediato el rechazo de miembros del Congreso estadounidense, grupos empresariales, autoridades locales y organizaciones favorables a la normalización de las relaciones entre los dos países.
Esas personas condenaron el impacto negativo que las limitaciones tendrán sobre el pueblo cubano y las empresas norteamericanas, al tiempo que consideraron las medidas como una violación del derecho de los estadounidenses a viajar libremente. (Agencia Prensa Latina)