Un sitio que en Sancti Spíritus conjuga naturaleza y recreación con un bosque en galerías, colecciones vivas de especies exóticas, de frutales y un mirador desde donde se aprecia el centro histórico de la ciudad
Por: Xiomara Alsina
Desde que el Jardín Botánico de Sancti Spíritus abrió sus puertas, es la primera ocasión en que inicia el verano con propuestas bien pensadas y que involucran a los distintos organismos responsabilizados con la recreación. Muestra de ello es que a solo dos semanas de transcurrida la etapa estival, unas 900 personas han visitado el mismo para deleitarse de las bondades del entorno: un bosque en galería con las formaciones del suelo, compuesto por rocas, relieve y ondulaciones, principalmente.
A juicio de Carlos Nilo Rodríguez, su director, se trata de una etapa estival diferente a la de años precedentes, porque es la primera vez en que se considera al centro como una de las propuestas verdaderamente sanas, donde la familia y amigos pueden compartir bajo la sombra de los árboles con la garantía de los recursos materiales y humanos para el desarrollo de las actividades.
“Tenemos a nuestros especialistas vinculados a la recreación —explica Nilo—, realizamos recorridos por las áreas de plantas ornamentales, el palmetu, los frutales, la rocalla y el bosque martiano. Contamos además con un mirador desde donde se pueden apreciar las montañas del Escambray y la parte colonial de la ciudad”.
El restaurante El Buen Gusto mantiene variedad de ofertas gastronómicas, el Inder desarrolla juegos pasivos y recreativos, Cultura apoya con la presentación de proyectos que incluyen magos, payasos y algunos intérpretes. Transporte, que en otros veranos ha sido el principal obstáculo, realiza dos viajes al día: uno, a las 9:00 a.m. que sale desde Garaita, pasa por el parque Serafín Sánchez y recorre las calles Independencia y Bayamo hasta llegar al Jardín Botánico; el otro, sale a las 3:00 p.m. con similar recorrido.
Añade el director que en esta ocasión se suma el Joven Club de Computación con diversidad de iniciativas, entre ellas la prestación de tabletas para que niños y adolescentes interactúen durante su estancia en el lugar. También el mercado La Naviera ha llevado productos para su expendio y se mantiene, con mucha aceptación, un punto de venta de plantas ornamentales.
El vínculo con los círculos de abuelos y grupos de estudiantes de algunas escuelas continúa siendo una de las principales fuentes en las excursiones; aunque este verano se incorporó una nueva modalidad: los grupos turísticos que desarrollan su plan vacacional dirigido en centros de la ciudad, por ese concepto han arribado al Botánico visitantes de las provincias de Pinar del Río y Cienfuegos.
(Tomado de Escambray)