Con la premisa de mantener su dignidad por encima del nivel de la libertad, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva disfruta hoy de este último beneficio tras 580 días de prisión política.
Precisó que las revelaciones del sitio Intercept, bajo la batuta del periodista y abogado estadounidense Glen Greenwald, resultaron ‘muy importantes para el actual escenario’.
La defensa de Lula argumenta que los diálogos revelados por el portal digital, que ponen en duda la imparcialidad de los fiscales del Ministerio Público Federal y el exjuez y actual ministro de Justicia, Sergio Moro, en el contexto de la operación anticorrupción Lava Jato, constituyen ‘hecho público y notorio’.
Este viernes la Justicia brasileña decretó la libertad del exmandatario después que un fallo del Supremo Tribunal Federal (STF) aprobara el derecho a que los presos, con condena en segunda instancia, puedan apelar hasta agotar todos los recursos legales.
El juez federal Danilo Pereira Junior, de Curitiba, firmó la autorización para que el exsindicalista abandonara la sede de la Policía Federal en la capital del sureño estado de Paraná.
Desde el 7 de abril de 2018 Lula cumplía una pena de ocho años y 10 meses por supuesta corrupción y lavado de dinero en la Lava Jato, acusación que siempre niega.
Fue condenado en primera instancia por el exjuez Moro y en segunda por el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (una corte de apelación).
Hoffmann insistió en que se cumple ‘lo dicho por nosotros desde el inicio del proceso de Lula: ese era un juicio y una condenación política y no jurídica, y no un proceso judicial que respetase el debido proceso legal’.
Creo que eso también tiene un impacto fuerte en la opinión pública brasileña y por consiguiente en el Supremo, argumentó.
Para la diputada, siempre hubo confianza en que en este semestre se haría justicia para el fundador del PT.
‘Esa sentencia será anulada y el sistema que lo ha juzgado garantice un proceso digno, justo e imparcial para que él pueda probar su inocencia’, remarcó.
Lula es inocente y no tuvo derecho a un juicio imparcial: fue víctima de una persecución política, reiteró la dirigente política.
El impacto de la libertad del exdirigente obrero retumba en toda sociedad brasileña.
Medios periodísticos recuerdan que Lula constituye el mejor presidente en la historia reciente de Brasil por su enorme programa de ayudas sociales, como Bolsa Familia, que ayudó a sacar a millones de personas de la pobreza y dejó el poder con un índice de aprobación superior al 80 por ciento. (Agencia Prensa Latina)