El control político y de los recursos naturales constituyen hoy los principales objetivos del Gobierno de Estados Unidos contra Venezuela, afirmó el canciller del país sudamericano, Jorge Arreaza.
De acuerdo con el ministro de Relaciones Exteriores, con los recursos naturales Venezuela ya está destinada a permanecer en el epicentro de los acontecimientos, pero si a eso se le suma un proceso independentista, es la fórmula perfecta para que la administración estadounidense trate por todos los medios de derrocar al país.
En tal sentido, destacó el potencial del Arco Minero del Orinoco, una zona de 114 mil kilómetros cuadrados aproximadamente, ubicada en el estado de Bolívar, bajo cuyo subsuelo yace una de las más importantes reservas de oro del planeta y otros minerales.
Al referirse a las acciones emprendidas por la Casa Blanca (sede del Ejecutivo estadounidense) con respecto a Caracas durante los últimos años, el canciller aseguró que abarcan distintas vertientes de la guerra contra el país, lo cual incluye el asedio diplomático, comunicacional y económico, así como varios ataques a los servicios públicos.
‘A eso se suma una guerra real, convencional, donde actúa la inteligencia de Estados Unidos, la cual pretende captar militares venezolanos para que se pronuncien contra el Gobierno constitucional y contra el presidente Nicolás Maduro’, reveló.
Arreaza destacó al respecto la tenacidad del pueblo venezolano y su lealtad al Ejecutivo nacional, a pesar de la coyuntura actual.
‘Estados Unidos no logra entender a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, no logra entender al chavismo que no da su brazo a torcer ni con bloqueo; Estados Unidos falla torpemente en todas sus acciones’, enfatizó.
El pasado 5 de agosto, el mandatario estadounidense Donald Trump escaló su arremetida contra Venezuela al firmar una orden ejecutiva para bloquear todos los bienes e intereses en propiedad del Gobierno venezolano bajo la jurisdicción de Estados Unidos.
Las medidas aplicadas por el jefe de la Casa Blanca significaron una reducción de la disponibilidad de alimentos y medicamentos, así como un incremento de las enfermedades y la mortalidad en el país sudamericano.
Como parte de su campaña contra Caracas, Washington ataca continuamente al sector petrolero, impone castigos económicos a las autoridades de la nación y presiona a otros países latinoamericanos para que apoyen su postura. (Agencia Prensa Latina)