La cantante, conocida como La Voz de Oro de la música campesina cubana, ofreció un concierto en el teatro del Museo Nacional de la LCB, en el cual mostró parte de su amplio repertorio y literalmente puso a bailar al público asistente
Por: José Rafael Gómez Reguera
En la tarde de este domingo, María Victoria Rodríguez, La Voz de Oro de la música campesina cubana, ofreció un concierto en el teatro del Museo Nacional de la LCB, como parte de las propuestas de la Semana de Cultura Trinitaria, ya en su edición número 50, la cual celebra el aniversario 509 de la fundación de la Tercera Villa de Cuba.
Con su singular carisma, la cantante arrancó con el tema que da disco a una de sus producciones discográficas, Mis Raíces, fonograma que incluye al afamado tresero Pancho Amat, con dos premios en la Feria Internacional Cubadisco 2010. El primero en la categoría de Música Campesina, abierta por primera vez en el certamen, y el Gran Premio compartido con Rita del Prado y el dúo Karma, ambos del sello Bis Music.
Luego de un repaso por su repertorio, conde incluyó temas del cancionero internacional llevados a su amplio registro de voz, María Victoria pensaba cerrar con esa pieza emblemática que es Que Viva Shangó, llena de fe y devoción, de la eterna Celina González. Sin embargo, cuando pretendía dejar en vivo al público asistente, y entre vítores y aplausos, comenzó a sentirse la vos de “Otra, Otra…” Y la cantante preguntó cuál querrían escuchar, y muchos coincidieron en pedirle que volviera con Mis raíces, que según la intérprete, se conoce por otros nombres y sigue con una alta aceptación. De manera que volvió a retumbar ese tema que reza: “Nací de un vientre guajiro / “En el centro del Vedado / Pero me quedó grabado / Del cordón umbilical / La esencia más natural / De nuestros campos, mi hermano/ Fui a los mejores guateques /Y a las grandes canturías / De poetas que hoy en día / Están en mi corazón / Bebí la mejor tonada / Y escuché lindas guajiras / Por mi madre, por Celina / Por Coralia y por Ramón / Cómo no cantarte ahora / Cómo no pensar en ti / Cómo olvidar mis raíces / Cómo dejar de morir / Nací de un vientre guajiro / En el centro del Vedado/ Pero me quedó grabado / Del cordón umbilical / La esencia más natural / De nuestros campos, mi hermano / No dejaré de cantar la música campesina / Se lo prometí a mi madre / Y se lo juré a Celina”.
Fue una tarde memorable regalada por la empresa Aldaba, Cultura, la Delegación de Turismo en la provincia y otros, que se conjugaron para hacer muy especial este primer día de la 50 Semana de Cultura Trinitaria.