Vilma Espín, paradigma de la mujer cubana

El 7 de abril de 1930 nace en Santiago de Cuba, Vilma Espín Guillois, quien devino paradigma de la mujer cubana

Por: Rafael Novoa Pupo

Vilma Lucila Espín Guillois nació un 7 de abril de 1930, en Santiago de Cuba, y dejó una huella indeleble en las posteriores generaciones, especialmente en las mujeres cubanas, por cuya emancipación luchó toda su vida. Sus padres José Espín y Margarita Guillois se distinguían por la solidez de sus valores éticos que orientaron la formación de sus seis hijos: Liliana, Vilma, Nilsa, Iván, Sonia y José Alejandro.

Los educaron con la influencia de sus propios ejemplos de austeridad, sensibilidad humana y comprensión, sin ningún tipo de barrera por el origen social, racial o religioso.

Le inculcaron desde niña el amor al estudio y a la lectura, a la superación cultural y a la afición por los deportes y la vida en contacto con la naturaleza. Cursó sus estudios primarios en la Academia “Pérez Peña” y los secundarios en el” Sagrado Corazón”, escuelas de su ciudad natal graduándose de Bachiller en Ciencias, en 1948. Estudió Ingeniería Química en la Universidad de Oriente y en el MIT en Boston.

Desde muy joven había asumido posiciones políticas revolucionarias, y participado activamente en manifestaciones estudiantiles luego del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. Insertada en los preparativos de la nueva etapa de lucha, y luego de concluir un curso de posgrado en Estados Unidos, por orientaciones de la Dirección del M-26-7, hizo escala en México para entrevistarse con Fidel Castro y recibir sus instrucciones y mensajes para los combatientes que se hallaban en la clandestinidad en Cuba.

Bajo las órdenes directas de Frank País, participó en el alzamiento armado de Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956, en apoyo a los expedicionarios del yate Granma, y su vivienda se convirtió, después de esa acción relevante, en cuartel general del movimiento revolucionario en la ciudad oriental.

Tras el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959 Vilma Espín fue la encargada de reorganizar las diferentes organizaciones femeninas. De dicha reorganización nació la Federación de Mujeres Cubanas de la que fue presidenta.

El trabajo y liderazgo de Vilma fue fundamental en el establecimiento de los Círculos Infantiles para beneficiar la incorporación de las mujeres al estudio y el trabajo, la reeducación y alfabetización de decenas de miles de prostitutas, y la superación de la mujer cubana.

También en el establecimiento del Código de la Niñez y la Juventud, el Código de la Familia, entre otros. Espín encabezó la delegación cubana al Primer Congreso Latinoamericano sobre Mujer y Niños que se realizó en Chile en 1959. También encabezó las delegaciones cubanas a las Conferencias de la Mujer realizadas en México, Copenhague, Nairobi y Pekín.

Integró el Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su fundación en 1965, condición en que fue ratificada en todos sus Congresos. En 1980, en ocasión del Segundo Congreso del Partido, resultó electa miembro suplente del Buró Político, y en el Tercer Congreso fue promovida a miembro efectivo de esa instancia de dirección, responsabilidad que desempeñó hasta 1991. Fue diputada a la Asamblea Nacional desde su primera legislatura y miembro del Consejo de Estado desde su constitución.

Por sus relevantes méritos recibió múltiples condecoraciones y órdenes nacionales e internacionales, entre las que se destaca el título honorífico de Heroína de la República de Cuba.

El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz por acuerdo del Consejo de Estado le entregó el Título de Heroína de la República, el 2 de diciembre de 2001, en acto realizado en el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo de Santiago de Cuba, en ocasión de conmemorarse el 45 Aniversario del desembarco del Yate Granma.

Murió el 18 de junio de 2007 en La Habana, debido al agravamiento de una enfermedad que la aquejaba desde hacía algún tiempo. Sus restos descansan en el Mausoleo del II Frente, lugar histórico situado en las estribaciones de la montaña de Mícara, y donde recibe permanente homenaje de las mujeres cubanas, que siguen su ejemplo en la defensa de la Revolución.

Vilma sigue siendo un ejemplo cercano de activismo, abnegación y empoderamiento en un contexto mundial donde continúan las luchas de las mujeres por el derecho a decidir sobre su cuerpo, a vivir sin violencias ni maltratos, a ser independientes y a tener más participación en la vida política y económica de sus sociedades.

Por su ejemplar vida y por la obra grande que forjó en la Revolución Cubana, haciendo, del papel de la mujer, otra revolución dentro de aquella, Vilma Espín es paradigma que trasciende la nación.

De ella afirmó el Líder Histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz: “con emoción y optimismo escuchábamos las palabras siempre inteligentes, serenas, revolucionarias y dulces de la compañera Vilma Espín”.

“No se inmutaba ante peligro alguno, orientaba tareas, daba el consejo necesario, compartía experiencias y anécdotas que ayudaban a mujeres y hombres a ser mejores personas, no solo en el trabajo, sino en la propia vida”. (Con información de Facultad de Ciencias Médicas Manuel Fajardo, Periódico Escambray, Periódico Granma, La Sierpe y Telesur).