Por: Juan Carlos Naranjo.
Con el arribo al puerto de Casilda, del buque Perla del Mar, con bandera de Islas Vírgenes y cerca de doscientos pasajeros a bordo, se reinició en Trinidad la temporada de cruceros por este destino turístico del centro de Cuba, la cual se extenderá hasta abril de 2019.
Procedente de Santiago de Cuba, la embarcación tiene programado otros atraques a la rada sureña, al igual que en etapas anteriores, toda vez que la Ciudad Museo del Caribe y su Valle de los Ingenios, ambos inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, atesoran singulares atractivos que los cruceristas descubren en un circuito guiado por la Agencia de Viajes Havanatur S.A.
Los excursionistas que navegan en el Perla del Mar son mayoritariamente de nacionalidad norteamericana. Es el desafío, desde las aguas del mar Caribe, a las restricciones impuestas a Cuba por el gobierno de Donald Trump, sobre todo en el sector del turismo.
Esta nave, con cien metros de eslora y 3,5 de calado, es una de las más grandes que atraca en la dársena de Casilda, donde permanece por espacio de dos días.
Sonia Ramírez Suárez, jefa de la terminal de cruceros de Casilda, antes de finalizar 2018, están programadas cuatro entradas, en las cuales repite el Perla del Mar y se suma el Le Ponant, que en períodos anteriores también arribó a la bahía trinitaria.
Según Ramírez Suárez, para el cacheo de rutina existen las condiciones en la instalación que dirige, con participación de las autoridades que tienen que intervenir en el crucerismo, como la Aduana, Salud Pública, Inmigración y Extranjería, la Capitanía del puerto, y los turoperadores, a favor de una feliz estancia de los pasajeros.