Donato Mármol Tamayo, símbolo de firmeza y de rebeldía mambisa

Por: Rafael Novoa Pupo

Donato Mármol Tamayo nació en Santiago de Cuba el 14 de febrero de 1843, siendo hijo legítimo del capitán Raymundo Mármol y Valdés, natural de Venezuela, y de la bayamesa Clotilde Tamayo y Cisneros, de quien le vino la sangre mambisa tanto a él, como a sus hermanos Raimundo, Javier y Leonardo, quienes también se alzaron contra el colonialismo español.

Según cuentan, Donato fue un hombre de gallarda figura y pocas palabras, sobrio en sus actos, y fervoroso por la causa de la independencia.

Involucrado en las conspiraciones previas, y participante donde comenzó a gestarse el levantamiento armado, y se propuso la fecha de la sublevación, Donato Mármol se incorporó a la contienda el 12 de octubre con unos cien hombres en su finca Santa Teresa, ubicada entre Bayamo y Jiguaní, donde pronto lograría reunir 400 patriotas.

Luego Carlos Manuel de Céspedes lo nombró Mayor General y le envió como asesor del Generalísimo Máximo Gómez Báez, a quien Mármol le encomendó batir al enemigo en Pinos de Baire, y luego le asignó la jefatura de la jurisdicción de Jiguaní, mientras él preparaba la invasión a Guantánamo.

En enero de 1869, ante el avance español sobre Bayamo, capital de la insurrección, Céspedes le ordenó marchar hacia la llanura del Cauto con una tropa de antiguos campesinos y esclavos, quienes disponían de muy pocas escopetas y solo iban armados de machetes y palos aguzados a guisa de lanzas.

Después de la derrota del río Salado, los bayameses incendiaron su ciudad para que no cayese en manos de los españoles. Entretanto, Mármol incendió algunos ingenios y le ordenaron marchar al norte a recibir una expedición con armas que nunca llegó, y desencantado, se pronunció en Tacajó contra la política militar de Céspedes, actitud que hizo peligrar la unidad entre los cubanos.

Ante esta situación, Francisco Vicente Aguilera actuó con rapidez, al sostener oportunas entrevistas con las dos partes, donde la energía de Céspedes quien se presentó en el campamento de su subordinado, y el innegable patriotismo de Mármol, salvaron la situación.

Dos meses después, Mármol escribiría: «Céspedes es para mí la gran figura de la Revolución». A su vez, el Padre de la Patria lo nombró jefe del distrito Cuba que abarcaba Jiguaní, Santiago y Guantánamo. Con Gómez como segundo, procedió a reorganizar las tropas para llevar a cabo su viejo sueño de invadir las tierras del Guaso, de donde España extraía recursos para sufragar la guerra.

Bajo su mando, se formaron oficiales de la talla de Antonio Maceo y su hermano José, Guillermón Moncada y Paquito Borrero Lavadí. En Sabanillas, organizó un campamento para el adiestramiento de reclutas, y logró concentrar sus efectivos para la invasión proyectada, pero cayó gravemente enfermo.

Ni su juventud ni su fortaleza física pudieron salvarlo de una fiebre perniciosa, que, según algunos de una conmoción cerebral, y de acuerdo con otros simplemente de viruelas, falleció Donato Mármol el 22 de julio de 1870 a los 27 años de edad, en la finca San Felipe, en el partido de Palma Soriano.

Según El Porvenir, publicación independentista editada en la emigración durante la Guerra de los Diez Años, ningún otro cubano aparte de Carlos Manuel de Céspedes y Francisco Vicente Aguilera, hizo más por el estallido de la conocida también como Guerra Grande o Guerra del 68 que Donato Mármol. (Con información de Granma y Ecured).