Erradicar pisos de tierra, del anhelo a la realidad

Mejorar las condiciones de vivienda es, asimismo, uno de los objetivos del Plan Turquino. Foto: de la autora

La incidencia de cambios estructurales e impactos financieros hoy limita a muchos de los posibles beneficiarios, y frena el anhelo estatal de elevar la calidad de vida por ese concepto. Si bien hay municipios que han podido avanzar en este programa, hay otros en los que los ritmos no son igual de favorables

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Entre los desafíos que enfrenta la política general de la vivienda en Cuba resalta el avance insuficiente que ha mostrado, en los últimos dos años, el programa de erradicación de pisos de tierra en el país.

En medio de un escenario económico adverso que ha propiciado la reducción significativa de producción de varios materiales de construcción (entre ellos el cemento, los áridos y el acero), el citado programa, aunque no ha tenido pausas, sí ha sufrido la incidencia de cambios estructurales e impactos financieros que hoy limitan el alcance en muchos de sus posibles beneficiarios, y frenan el anhelo estatal de elevar la calidad de vida por ese concepto.

Solo en la oriental provincia de Granma –una de las más afectadas por dicha situación en la Isla– a inicios de este 2022 se registraba la elevada cantidad de 35 834 pisos de tierra. Sin embargo, otro dato paralelo reflejaba que ese número también significaba, hasta ese momento, unos 17 000 pisos de tierra menos que hace un lustro, cuando la cifra sobrepasaba los 53 000 en el territorio.

Pero, más allá de los dígitos, este diario se adentra en las complejidades del programa (concebido como parte de los mantenimientos de la Vivienda y de las prioridades para la entrega de materiales de construcción) y las condiciones que actualmente dificultan su mejor desarrollo.

PISOS, PRECIOS Y COSTOS

Con una cifra muy inferior a la concebida en calendarios anteriores, en el territorio granmense se planificó erradicar durante este 2022 unos 4 439 pisos de tierra, de los cuales se habían concretado, hasta principios del mes de diciembre, apenas 1 462 (352 por la vía estatal y 1 110 por esfuerzo propio).

«Estamos enfrentando un año muy tenso en la producción de pisos», afirmó a este diario Yesser Izaguirre Ojeda, director provincial de Vivienda en Granma, quien dijo que, unido a la poca disponibilidad de cemento (componente clave para fabricar pisos, y del cual solo se había recibido el 20 % de lo planificado), han tenido que trabajar, además, con un presupuesto que no supera el 50 % del financiamiento integral que inicialmente se previó.

Por otra parte, el costo de la acción constructiva para eliminar los pisos de tierra se ha elevado en los últimos dos años, a lo que se suma el impacto desfavorable del recrudecido bloqueo en la economía cubana.

«Ese servicio supera los 15 000 pesos; es decir, que eliminar un piso de tierra en una vivienda de unos 50 metros cuadrados (m2) podría estar en el orden de los 25 000 pesos», ilustró el directivo.

Esa realidad ha limitado progresivamente la capacidad de pago de la acción constructiva.

«Incluso, en su gran mayoría son personas que han construido viviendas ilegales, las cuales no están reconocidas en el fondo habitacional de la provincia, pero como principio humanista de la Revolución se ha mantenido el propósito de erradicar todos los pisos de tierra», subrayó Izaguirre Ojeda.

En ese sentido, explicó, se estudia con los bancos la posibilidad de realizar cambios en las formas de pago de este tipo de mantenimientos, de manera tal que se puedan extender los abonos de las personas naturales a determinados plazos.

«No es lo mismo que usted tenga que pagar 15 000 o 20 000 pesos inmediatamente después de que se le realice la acción constructiva relacionada con la erradicación de un piso de tierra, a que pueda hacerlo, de acuerdo con sus ingresos, en una determinada cantidad de cuotas», agregó.

También, alternativas encaminadas al incremento productivo y a la reducción de los costos de los pisos con variantes locales se han llevado a la práctica en Granma este año, aun cuando esas ofertas no sean suficientes para aliviar la demanda existente en el territorio.

El uso de extensores del cemento (unión del cemento base P350 con otros derivados para disminuir los costos) y la fabricación de pisos con ladrillo, madera y recortería de mármol figuran entre las acciones propuestas. No obstante, las estadísticas demuestran que ha sido insuficiente el empleo de esas alternativas en la provincia.

«A pesar de que existe disponibilidad de algunos de esos recursos en los propios municipios, aún no se explotan suficientemente esas variantes ni por las entidades estatales, que pueden producirlas, ni por los propios clientes, que muchas veces muestran reticencia para optar por ellas», apuntó el director de Vivienda.

Así lo confirma, además, el hecho de que en este 2022 los municipios de Bayamo, Guisa y Niquero hayan sido capaces de avanzar con la realización de más de un centenar de erradicaciones de pisos de tierra en cada uno de ellos, mientras que otros territorios como Media Luna y Manzanillo no han rebasado ni siquiera la cifra de 40 erradicaciones por cada uno.

Al respecto, la miembro del Comité Central y primera secretaria del Partido en Granma, Yanaisi Capó Nápoles, enfatizó en el último pleno del Comité Provincial de la organización política, la urgente necesidad de aprovechar de forma eficiente los recursos endógenos de los municipios, como principal vía para avanzar en el programa de la vivienda y, en especial, en la erradicación de pisos de tierra.

En ese debate, también se abordó con énfasis el deficiente encadenamiento productivo entre las entidades y los proyectos de desarrollo local que están en condiciones de elaborar materiales alternativos como ladrillos, bloques o el denominado cemento romano, a base de cal, según reseñó el periódico La Demajagua.

APROVECHAR MEJOR LAS POTENCIALIDES LOCALES

«Para producir pisos y erradicar los de tierra se requiere cemento, aunque sea para empalmar cuando se trata de variantes con otros materiales», aseguró a este diario Sulaida Ferrales Cover, directora de la empresa productora de Materiales de Construcción en Granma, antes de comentar el impacto negativo de las limitadas cifras con las que ha tenido que «lidiar» durante este calendario.

«De un plan inicial de 5 880 toneladas de cemento de resistencia P350 solo hemos recibido, hasta la fecha, unas 2 849 toneladas, lo que representa un 48 %», detalló la directiva, quien reconoció que, a pesar de las variantes empleadas para ahorrar el cemento base con el uso de extensores, solo se había logrado la erradicación de unos 268 pisos de tierra por esa vía.

Unido a ello, la producción de mosaicos y baldosas tampoco había mostrado su mejor rostro. De 20 931 m2 previstos se habían podido fabricar solamente unos 8 235 m2, para un 39 %.

Ante ese complejo escenario productivo, Ferrales Cover explicó que las mejores alternativas se podían encontrar en los municipios.

«Para disminuir costos y facilitar el acceso de la población a los recursos se han extendido algunas producciones a los territorios, para que se pueda obtener el piso de hormigón o con extensores del cemento que permiten aprovechar mejor las cantidades de cemento base P350», destacó.

«Ya tenemos experiencias en los municipios de Jiguaní y Guisa, en los cuales se incursiona en la producción de pisos con recortería de mármol, en tanto en Yara los trabajadores de la empresa municipal de la Construcción se han convertido en verdaderos «maestros» produciendo pisos con extensores, los cuales han tenido una gran aceptación por su resistencia y precio más económico», acotó.

Para ello, añadió Juan Miguel Téllez Beltrán, subdirector de Producción de la empresa, se ha estimulado la fabricación de varios tipos de extensores como el cemento LC3 y otros obtenidos a base de cal y zeolita, con el objetivo de duplicar el cemento de resistencia.

«Con el empleo de esas variantes hemos logrado obtener unas 679 toneladas de cemento con extensores, lo que significa un mejor aprovechamiento del cemento base», enfatizó.

Pero, a pesar de que esas alternativas, poco a poco, comienzan a allanar este importante proceso, la realidad demanda una mayor eficiencia, control y agilidad en los empeños productivos, que redunden en nuevas posibilidades de bienestar, un anhelo compartido de la Revolución y la sociedad.

(Tomado de Granma)