Por: Joaquín Gómez Serra
La EIDE Lino Salabarría Pupo volvió a acoger en su seno la algarabía de sus educandos deportistas en una escuela que los recibe con “uniforme” nuevo tras estar sometida desde la etapa de la pandemia a una reparación y remodelación medular en su seno. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII) (IX)
Este primero de septiembre entraron los 810 estudiantes que tenía la escuela al momento del cierre por la COVID-19 en marzo, y aunque se trata de una institución básicamente deportiva, la prioridad en este caso será el proceso docente a fin de culminar el curso.
En la EIDE yayabera las tres primeras semanas estarán dedicadas a la consolidación de los contenidos impartidos con anterioridad, en la cuatro y la cinco se aplicarán las pruebas, la seis será para los exámenes de extraordinario y en la séptima y la octava se realizará el proceso de entrega pedagógica que se hace cada año para determinar la matrícula de la próxima etapa lectiva.
En el pasado mes de julio se aprobaron los planes de entrenamiento para estas ocho semanas en las que se laborará sobre la base de una preparación general del atleta sin trabajo técnico-táctico.
En el inicio hoy del curso escolar 2020-2021, se ha trabajado con la reserva deportiva que está identificada y existe un grupo de niños talentos a partir del alto rendimiento que son la base de la matrícula, con la particularidad de que las bajas por enfermedad o porque no vencieron los objetivos técnicos, se les informará oportunamente a los padres.
El regreso a las aulas y gimnasios de la EIDE tiene la peculiaridad de que los cerca de 40 alumnos atletas de esta provincia que se encuentran en los centros nacionales de alto rendimiento entrenarán en nuestras instituciones deportivas, al no abrir esos centros en septiembre debido a la compleja situación epidemiológica de la capital del país.
Los cerca de 40 captados para las preselecciones nacionales ingresaron este día primero de septiembre al centro para recibir la docencia y también la preparación con los técnicos de la EIDE, con un control diferenciado.
Para garantizar el aislamiento la EIDE dividirá su matrícula total en 39 grupos docentes: seis en primaria, 20 en secundaria básica y 13 en preuniversitario, cada uno con 15 ó 16 alumnos por subgrupos.
Cumpliendo serias medidas de restricción ante la pandemia del coronavirus, el receso a los educandos se realizará de manera escalonada y al suspenderse los matutinos se propiciarán charlas por agrupaciones deportivas y grados, y el almuerzo y comida para los internos también se efectuará de manera espaciada, según los horarios, para que no haya aglomeración.
A fin de limitar el acceso de personal al centro, se dispuso una sola entrada por la puerta principal, donde se realizará el debido pesquisaje de todos los trabajadores y estudiantes, con la buena nueva de que para el cumplimiento de los protocolos higiénico-sanitarios la EIDE contará con un médico y cuatro enfermeras.
Los padres dejarán a los niños en la puerta y la auxiliar pedagógica se encargará de entrarlos al centro, en tanto las visitas se harán los miércoles de cinco de la tarde a diez de la noche.
Dentro de las severas medidas de higienización y cuidados de los alumnos-atletas de la EIDE Lino Salabarría Pupo se estableció la desinfección de escaleras, puertas, computadoras, televisores, mandos, los medios de enseñanza y los medios deportivos después de cada sesión, y como es obligatorio cumplir con estas medidas, la dirección de la escuela hace un llamado a los padres para que traten de proporcionarles a sus hijos loción hidroalcohólica o gel desinfectante, así como al menos tres nasobucos.
Referente a la Escuela para Profesores de Educación Física (EPEF) de los 290 estudiantes entrarán 110, ya que sólo comenzarán los estudiantes del diurno primer año y los atletas de segundo; los restantes seguirán de práctica docente y preparándose con sus tutores pues en octubre tienen sus ejercicios culminantes, que serán teóricos.