
Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
28/diciembre/2013 El antiguo bar Daiquiri en Trinidad se transforma y para esta temporada de invierno pondrá a disposición de los clientes un “Floridita” al estilo de la ciudad, pero con servicios de excelencia y la marca del emblemático establecimiento habanero, muy cercano al Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway.
El proyecto inicial, cuenta el ingeniero Agustín Echemendía, de la Empresa de Servicios al Turismo, EMPRESTUR y al frente de la obra, se modificó totalmente, lo que demandó cifras superiores de financiamiento, labores más complejas y un mayor tiempo de ejecución.
“Ahora se ha ganado en un grupo de elementos arquitectónicos que mejoran la textura del inmueble, con modificaciones en la fachada, la barra, las ventanas y en general en todo el espacio; el proyecto de decoración es bastante ambicioso, lo que va a favorecer la comercialización y la satisfacción del cliente.”
A un ritmo intenso labora la brigada de 9 hombres encargados de renovar la imagen de este sitio donde se ejecutan diversas acciones como la reposición total de la cubierta y de los pisos. En estos días se terminan los trabajos de albañilería, electricidad y de plomería en interiores.
Sin embargo, asegura Agustín Echemendía, la calidad acompaña cada detalle constructivo: “Los dinteles, por ejemplo, demandaron mucha precisión para luego colocar toda la marquetería; lo mismo sucederá con la barra y otros elementos de la decoración”.
Así, en una céntrica esquina citadina muy pronto nacerá un nuevo “Floridita” en su versión trinitaria, perteneciente también al grupo Extrahotelero Palmares y con un desafío mayúsculo: mantener los mismos estándares de calidad y exquisitez del más distinguido de los bares cubanos, con 187 años de historia, cuna además del famoso Daiquiri.