Fuentes de seguridad han divulgado en las últimas horas que aviones de guerra turcos, durante la noche, bombardearon campamentos pertenecientes al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo) en el norte de Iraq, horas después de que un ataque suicida con coche bomba dejara 28 muertos en Ankara, la capital de Turquía.
En la noche del miércoles, un automóvil cargado con explosivos explotó junto a unos autobuses militares en un semáforo cerca de los cuarteles centrales de las fuerzas armadas en Ankara.
El Ejército turco condenó lo que describió como un ataque terrorista y una fuente de seguridad dijo que señales iniciales apuntan a que milicianos del proscrito PKK fueron los responsables.
El co-líder del PKK Cemil Bayik dijo que no sabía quién era el responsable, pero el ataque podría ser una respuesta a las “matanzas en el Kurdistán”, en referencia a la región kurda que cubre partes de Turquía, Siria, Irak e Irán.
El ataque, el último de una serie de atentados ocurridos el pasado año, en su mayoría atribuidos al Estado Islámico, viene en momentos en que Turquía se ve cada vez más involucrada en la guerra en la vecina Siria y trata de contener la violencia en el sureste de su territorio, de mayoría kurda.
Turquía forma parte de una coalición liderada por Estados Unidos que lucha contra Estado Islámico en Siria e Irak y ha estado atacando a combatientes kurdos en el norte de Siria en los últimos días.
También ha estado luchando contra milicianos del PKK en el sureste de su territorio, donde un cese al fuego de dos años y medio colapsó en julio pasado, hundiendo a la región en la peor violencia desde la década de 1990.
“No sabemos quién hizo esto. Pero podría ser un acto de represalia por las matanzas en el Kurdistán”, dijo Bayik, según citas reproducidas por la agencia de noticias Firat, vista como cercana al PKK.
(Tomado de Cubadebate)