Unas mil 800 familias inmigrantes fueron separadas en el borde de Estados Unidos y México entre octubre de 2016 y febrero, tras las estrictas políticas de control fronterizo implementadas por el presidente Donald Trump, trascendió hoy.
Las cifras son la primera divulgación más abarcadora sobre el impacto de este fenómeno, difundidas por el gobierno estadounidense, según publican medios digitales al citar a un funcionario en condición de anonimato.
Según la fuente, el número de separaciones había aumentado drásticamente en las últimas semanas, en gran parte debido a las nuevas políticas administrativas.
En mayo, el fiscal General de Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció la disposición del país hacia la ‘tolerancia cero’, lo cual significa que todos los inmigrantes que sean detenidos ingresando ilegalmente al territorio nacional serían acusados y procesados penalmente.
Tal hecho conllevaría a otro problema, el que numerosos niños sean separados de sus padres.
Un funcionario de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) testificó el mes pasado ante el Congreso que entre el 6 y el 19 de mayo, 658 niños fueron separados de sus progenitores por ese motivo.
Inmigrantes y defensores de la infancia, legisladores demócratas y las Naciones Unidas han condenado la práctica de separar a las familias en la frontera.
‘Si las personas no quieren ser separadas de sus hijos, no deben traerlos con ellos’, advirtió Sessions en una reciente entrevista radiofónica al justificar las medidas de la administración republicana.
(Tomado de Prensa Latina)