Esa condición, única en una urbe cubana, convierte a la Tercera Villa, ya cercana a sus 505 años de fundada, en mucho más atractiva ante los ojos de turistas nacionales y foráneos, y demuestra el fuerte trabajo de rescate y revitalización de las mejores tradiciones de una ciudad que es Monumento Nacional de la República de Cuba y Patrimonio Cultural de la Unesco
Por: Lisandra Gómez Guerra
Después de una espera, bastante corta para lo que se previó, Trinidad recibió la condición de Ciudad Artesanal del Mundo.
Tras ser examinada palmo a palmo por varios integrantes del Consejo Mundial de Artesanías (WCC, por sus siglas en inglés), la tercera villa de Cuba se erige como la primera en Cuba, sino porque incide en un mayor arraigamiento de las tradiciones artesanales en Trinidad, así como la ubica en el centro de interés de visitantes foráneos y nacionales.
Las expresiones de las manualidades que hoy viven en esa urbe son el modo de subsistencia de varias generaciones de trinitarios, quienes, en su mayoría, se han nutrido de los conocimientos de colectivos que se han formado para enseñar las tradiciones.
En ese sentido, se distingue la labor del taller Siempre a mano, gestado por Mery Viciedo y con aval de la sede universitaria de la localidad, el cual registra egresados a más de 100 personas.
Afortunadamente, las creaciones trinitarias han traspasado las fronteras de la ciudad al presentarse y comercializarse en las ediciones de la Feria Internacional de Artesanía, principal evento organizado por el FCBC, Arte para Mamá, Arte en la Rampa y otros espacios.
Trinidad apuesta cada día porque en sus callejuelas empedradas, parques y viviendas sigan cobrando vida las técnicas de la aguja como el deshilado, el frivolité, encaje Tenerife, crochet de horquilla o miñardí y encaje de bolillos; así como otras manualidades que dibujan la idiosincrasia de la urbe a menor escala.
(Tomado de Escambray digital)