La escasez de fondos también puede obligar a la clausura de 100 de centros Makani (Mi espacio, en árabe), dedicados al aprendizaje de oficios, apoyo psicosocial y capacitación para infantes fuera del sistema de educación.
Se teme que, por tales motivos, más niños refugiados en Jordania sigan abandonando la escuela y sean víctimas del trabajo infantil o el matrimonio precoz, subraya una declaración de la entidad internacional divulgada aquí.
Un total de 130 mil refugiados sirios en Jordania se matricularon en escuelas y comunidades de acogida en 2017, según el representante de Unicef en el país, Robert Jenkins.
Sin embargo, cifras recientes de Unicef refieren que el 31 por ciento de unos 233 mil menores sirios en Jordania aún no habían ido a la escuela.
Los niños vulnerables se verán afectados si continúa la tendencia a la baja de la ayuda, al tiempo que las tasas de trabajo infantil y matrimonios precoces continuarán creciendo, dijo Jenkins al periódico Jordan Times.
‘Es fundamental mantener el nivel y alcance de nuestros programas, o al final los niños sufrirán consecuencias irremediables’, precisó.
La educación es la vía principal para que los refugiados sirios abandonen la pobreza, disfruten de mejor salud y de oportunidades futuras, entre ellas, reconstruir Siria cuando regrese la paz, indicó el vocero de Unicef Jordania, Miraj Pradhan.