El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, visitó este sábado el memorial del 11 de septiembre y destacó que el mejor homenaje para las víctimas de ese atentado es luchar contra el terrorismo y sus causas. También rindió tributo al Héroe Nacional cubano José Martí y visitó el Museo de Historia Natural.
La presencia de una delegación cubana aquí significa un homenaje a las víctimas, y también la expresión de la isla de rechazo al terrorismo como práctica y a las causas que lo engrendran, aseveró a la prensa cubana.
De esto hablamos en Naciones Unidas hace unos días, rememoró, de la dominación y el afán expansionista del capitalismo que crea tantos rencores y odios, los únicos que pueden explicar cosas tan terribles como el atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Cuba está en contra de esa dominación capitalista, de la dominación imperialista y de esa manera de actuar de algunas personas, ese es el homenaje y la reflexión que hacemos al visitar un lugar como este, reiteró.
Que tantas vidas hayan sido sesgadas por una actitud terrorista duele, agregó el mandatario cubano, quien recorrió las piscinas de agua que ocupan el lugar donde antes estaban las Torres Gemelas.
Dentro del museo del 11 de septiembre escuchó las explicaciones y observó restos de los edificios destruidos, uno de los carros de bomberos empleados en el rescate, y estuvo en el lugar que conserva el único árbol que sobrevivió a la catástrofe.
Antes de llegar al memorial, Díaz-Canel recorrió Battery Park, situado en la punta sur de la ciudad de Nueva York, donde le explicaron las características de esa zona geográfica -la más antigua de Nueva York- y cómo desde ahí comenzó a crecer la ciudad.
Cerca del área donde estuvieron las Torres Gemelas se levanta imponente el One World Trade Center, erigido de 2006 a 2014 como centro principal del reconstruido World Trade Center, y que con sus 541 metros constituye el edificio más elevado del hemisferio occidental y el sexto más alto del mundo.
A pocos metros se encuentran las piscinas ubicadas en el lugar donde estuvieron los emblemáticos rascacielos destruidos, obra del arquitecto Michael Arad y el paisajista Peter Walker.
Los nombres de las casi tres mil personas muertas en los ataques del 11 de septiembre de 2001, y de las seis fallecidas en un atentado en 1993, están inscritos en paneles de bronce alrededor de los bloques de agua, que contienen las cataratas artificiales más grandes creadas por el hombre en América del Norte.
(Agencia Prensa Latina)