Un reclamo de Fidel

La preservación de la memoria histórica es una prioridad política y estatal para Cuba. Foto: Ismael Batista

Como resultado de una ardua labor durante más de tres décadas, hasta el 2017 han sido publicadas las síntesis históricas provinciales de Pinar del Río, Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Cienfuegos, Las Tunas y Santiago de Cuba

Con el triunfo del 1ro. de enero de 1959 y entre las múltiples e impostergables tareas que la Revolución Cubana debía encarar, se encontraba, en el ámbito ideológico, la de reivindicar los verdaderos valores de nuestra historia patria. Este imperativo estaba dado por dos factores principales: la necesidad de demostrar cómo los éxitos presentes dependían, en gran medida, de las experiencias extraídas del ayer, contribuyendo, además, a proyectar sobre bases sólidas el futuro del país; y la importancia de reflejar los valores del pasado como vehículo de reafirmación de sentimientos patrióticos, así como de convicciones revolucionarias.

Así, al conmemorarse el centenario del inicio de las guerras por la independencia de Cuba, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresó que: «nada nos enseñará mejor a entender qué quiere decir revolución, que el análisis de la historia de nuestro país, que el estudio de la historia de nuestro pueblo y de las raíces revolucionarias de nuestro pueblo». Y más adelante apuntaba como reclamo: «No sé cómo es posible que habiendo tareas tan importantes, tan urgentes como la necesidad de la investigación en la historia de este país, en las raíces de este país, sin embargo son tan pocos los que se han dedicado a estas tareas».

Y fue a partir de aquel momento que el Comité Central del Partido Comunista de Cuba comenzó a promover, de forma sistemática, un amplio trabajo de rescate de las tradiciones de cada localidad, fomentando la incorporación de miles y miles de colaboradores al estudio y divulgación de nuestro pasado; surgió así, con un verdadero carácter de masas: el Movimiento de Activistas de Historia.

UNA CONSTRUCCIÓN COLECTIVA

El Gobierno Revolucionario emitió el Decreto No. 3572 del 14 de febrero de 1967, por el que se creó la Comisión del Centenario de la Revolución de 1868, al frente de la cual fue designado el comandante Faustino Pérez Hernández, miembro del Comité Central del Partido; y que estuvo integrada por representantes de la ujc, de las organizaciones de masas y de instituciones dedicadas a la educación, la ciencia y la cultura; asimismo, contó con el más decidido apoyo de los medios de difusión masiva, y desplegó una amplia labor de agitación y propaganda.

Entre las múltiples tareas desarrolladas durante aquel año, debe mencionarse la movilización por la UJCde 50 000 jóvenes para encarar las labores productivas en tierras agramontinas, denominada Columna Juvenil del Centenario, antecedente del Ejército Juvenil del Trabajo.

Fue a partir de la labor desarrollada por las Escuelas de Instrucción Revolucionaria, entre 1960 y 1969, y continuada por las Escuelas del Partido, que se creó una Comisión Nacional de Historia, la cual organizó tres Encuentros Nacionales de Activistas de Historia, entre 1969 y 1971.

Ya en el iv Encuentro Nacional, efectuado en Santa Clara en 1972, se adoptaron importantes acuerdos, y se definió el criterio de que el Movimiento de Activistas de Historia no era «un organismo ni una institución cultural, sino la unión de todas las organizaciones revolucionarias e instituciones relacionadas con la historia que, bajo la dirección del Partido, tienen como cometido central llevar a las masas el conocimiento de nuestro pasado ejemplarizante».

Por otra parte, dentro del proceso institucional que venía efectuándose en aquellos años, se crearon los Archivos Históricos Provinciales, a partir de la iniciativa de Matanzas en 1968, y algunos Archivos Municipales, donde existían fondos documentales valiosos. Asimismo, otras instituciones importantes fueron surgiendo, tales como la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, en 1981, y la Sección Cubana de la Asociación de Historiadores de América Latina y el Caribe, en 1984.

Muestra de la preocupación del Partido por la preservación del patrimonio cultural de la nación, fueron las dos primeras leyes aprobadas por la Asamblea Nacional del Poder Popular, entre el 12 y el 14 de julio de 1977: la Ley No. 1, de Protección del Patrimonio Cultural, y la Ley No. 2, de los Monumentos Nacionales y Locales, con las cuales se dio carácter legal a las normas estatales vigentes, y se encargó al Ministerio de Cultura la gestión rectora; además, en su segundo periodo ordinario de sesiones, efectuado entre el 28 y el 30 de diciembre de 1978, la Asamblea Nacional sancionó la Ley No. 23, de los Museos Municipales, según la cual se decidió la creación de dichas instituciones.

Con respecto al Activismo de Historia, y a los efectos de garantizar su atención, el Partido constituyó equipos especializados de colaboradores en sus comités provinciales y municipales, los cuales combinaban la realización de investigaciones sobre la historia de cada localidad, con el asesoramiento al trabajo de agitación y propaganda que desplegaban las organizaciones políticas y de masas a través de sus activistas, vertientes que fueron claramente definidas en la Resolución sobre la fusión de las actividades de divulgación e investigación histórica en las instancias intermedias del Partido, aprobada por el Buró Político el 18 de febrero de 1977.

En cuanto a la labor de investigación sobre historia regional en las provincias, durante 1980, y con la colaboración de diferentes instituciones científicas, culturales y docentes, fueron acometidas dos grandes tareas en todas las provincias: una investigación sobre la lucha armada y de masas contra la tiranía batistiana entre 1953 y 1958, y un plan para la localización y fichaje de documentos históricos del movimiento comunista cubano.

Con respecto a la vertiente de agitación y propaganda, el Partido priorizó diferentes formas de trabajo en las cuales intervino masivamente el Movimiento de Activistas de Historia, tales como la confección de historiales de los centros de trabajo y planteles estudiantiles de larga tradición revolucionaria; creación de Salones de Historia en los centros de trabajo; programación de encuentros con familiares de mártires y combatientes de diferentes acciones revolucionarias; promoción de recorridos por lugares históricos de honda significación patriótica y de visitas dirigidas a monumentos…

INSTITUCIONALIZACIÓN

Con la creación del Instituto de Historia de Cuba, en 1987, se iniciaba otra etapa en la labor del Movimiento de Activistas de Historia, resultado del proceso de institucionalización que había tenido lugar en el país durante las décadas anteriores, de la elevación del nivel cultural de las masas, así como de la preparación profesional de los historiadores y de los avances científicos alcanzados por la historiografía cubana.

Así, en 1988, dicho Instituto constituyó un equipo de trabajo, el cual se encargó de elaborar el Proyecto para la realización de las historias provinciales y municipales. A los efectos de su ejecución, se establecieron coordinaciones con los ministerios de Educación Superior, Educación y Cultura, con vistas a propiciar la participación en las provincias de profesores de las universidades, de los Institutos Superiores Pedagógicos, y de los técnicos de Museos.

La ejecución de las historias provinciales y municipales fue orientada de forma simultánea en ambos niveles, previéndose para su asesoramiento la constitución de consejos científicos en cada instancia, integrados por profesionales de la más alta calificación, los cuales estuvieron a cargo de la supervisión del trabajo y de su evaluación final.  Como resultado de una ardua labor durante más de tres décadas, hasta el 2017 han sido publicadas por la Editora Historia del referido Instituto, las siguientes síntesis históricas provinciales: Pinar del Río, Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Cienfuegos, Las Tunas y Santiago de Cuba,  que forman parte de la colección Anales de dicha casa editorial. Con respecto a las historias municipales, todos los municipios concluyeron sus trabajos iniciales, y la mayoría ha continuado profundizando en nuevas versiones.

Ahora bien, y tomando en consideración que un número de provincias y municipios trabajaron el periodo de la Revolución hasta 1980, mientras que otras lo extendieron hasta 1990, el Instituto de Historia de Cuba orientó en el 2008 el Subprograma Nacional Historias Provinciales y Municipales, encaminado a continuar la investigación en dos etapas, enmarcadas entre los años 1980-1989 y 1990-2000, respectivamente, tomando en consideración que esos años abarcan un proceso caracterizado por grandes dificultades para nuestro país. Esta investigación, que se inició en el segundo semestre del 2008, continúa en la actualidad como parte del programa Historia de Cuba, a cargo del mencionado Instituto.

El conocimiento del devenir histórico nacional y regional desempeña un papel muy especial como instrumento educativo, pues es precisamente en el proceso de asimilación de las tradiciones que el ser humano va aprendiendo, desde la más temprana edad, a apreciar en toda su magnitud los valores materiales y espirituales de la tierra que lo vio nacer.

(*) Investigador y Profesor Titular. Miembro Concurrente de la Academia de la Historia de Cuba.

 

(Tomado de Granma digital)