Durante su defensa, Fidel Castro pasó de acusado a acusador, y denunció los males de la Cuba de entonces, resumidos por él en seis problemas fundamentales relativos a la tierra, la industrialización, la vivienda, el desempleo, la educación y la salud.
El juicio duró unas cuatro horas, de las cuales el líder de los asaltos consumió la mitad denunciando los crímenes contra sus compañeros, relatando su programa de gobierno si hubiese triunfado y otras consideraciones de interés nacional. Al final, fue sentenciado a 15 años de privación de libertad.
Sin embargo, el alegato se convirtió en el programa político de la nueva etapa de lucha, que concluiría el 1 de enero de 1959 con el triunfo de los rebeldes comandados por Fidel Castro.