Por: José Rafael Gómez Reguera
Lo histórico de la jornada precedente en la Asamblea General de Naciones Unidas, sigue como noticia de primer plano en Trinidad de Cuba, una ciudad que, como sus alrededores, sobresale por su importancia como uno de los más demandados destinos turísticos de la Isla y que, a su vez, está afectada por el bloqueo económico, comercial y financiero que mantienen los Estados Unidos contra Cuba, que por vigésimo séptima ocasión consecutiva, ha recibido la repulsa de la comunidad internacional.
No por esperada la victoria, llenó de alegría los corazones trinitarios. La radio y la televisión posibilitaron a los habitantes de la Tercera villa de Cuba, seguir de cerca los acontecimientos acaecidos en la sede de la ONU en Nueva York. Cada momento de las derrotas a las enmiendas introducidas por Estados Unidos, y la votación final a favor de la Resolución de Cuba, fue asumido como propio.
Allí estaban los genuinos representantes de la Revolución cubana, el pensamiento de Fidel y Raúl, la alegría del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en medio de su gira internacional, los sufrimientos de los millones de cubanos que de una u otra manera sufren y han sufrido este genocidio, el más largo de la historia y que claman el fin del bloqueo que afecta a los cubanos, pero también a muchos países, incluidos los propios ciudadanos estadounidenses.
Es un triunfo del pueblo cubano que una vez más ha puesto bien en alto el nombre de la Mayor de las Antillas, faro de libertad, ejemplo de democracia, y cuna de mujeres y hombres valiosos que tienen derecho a un presente y un futuro mucho mejor, si el Gobierno de Estados Unidos no se empecinara en mantener este bloqueo, otra vez condenado en el foro del máximo organismo mundial.