El reverendo estadounidense John McCullough, presidente y director ejecutivo del Servicio Mundial de Iglesias (CWS), afirmó que la organización se encuentra hoy profundamente preocupada por las recientes medidas norteamericanas contra Cuba.
En una declaración enviada a Prensa Latina, el titular de la institución dedicada a labores como ayuda en casos de desastre y asistencia a refugiados, con sede en Nueva York, se refirió a la decisión del Gobierno de Donald Trump de aplicar el Título III de la controvertida Ley Helms-Burton contra la isla.
Tal acápite legislativo, que el ejecutivo norteamericano activó el pasado 2 de mayo, permite a ciudadanos estadounidenses presentar demandas contra personas y entidades que inviertan en propiedades nacionalizadas en el país caribeño después del triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959.
Asimismo, criticó las nuevas restricciones de viajes que entraron en vigor el 5 de junio, mediante las cuales la administración Trump prohibió las visitas educativas grupales pueblo a pueblo a la nación vecina, y vetó la salida hacia ese territorio de ciertas aeronaves y embarcaciones, entre ellas los cruceros.
Estamos profundamente preocupados de que estas políticas perjudiquen a las familias cubanas más vulnerables que se benefician de la inversión extranjera y los viajes al país, manifestó McCullough.
De acuerdo con el reverendo, imponer restricciones adicionales al acceso a Cuba tendrá un efecto paralizante sobre la inversión extranjera y la creación de empleos para los cubanos, muchos de los cuales ya enfrentan serios desafíos para poder mantener a sus familias.
McCullough consideró positivo que no se hayan limitado los viajes basados en la religión, los cuales ‘son clave para la recuperación de desastres y la respuesta humanitaria’.
Sin embargo, señaló que obstaculizar la inversión extranjera y restringir los viajes pueblo a pueblo ‘limitarán severamente el aprendizaje intercultural y el apoyo que fomenta la empatía y aumenta nuestra capacidad para respaldar a nuestros vecinos cubanos’.
En marzo pasado, cuando la administración Trump ya había dado señales de que activaría el Título III tras continuas suspensiones desde 1996, el presidente del CWS envió una carta al diario The Washington Post en la que condenó ese apartado.
Tal misiva, firmada junto al presidente del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en Estados Unidos, Jim Winkler, llamó a Trump a impedir las demandas contra los inversores extranjeros en Cuba.
‘No se trata de la conveniencia política, sino de lo que es mejor para las personas’, expresaron entonces ambos líderes religiosos, quienes instaron a la Casa Blanca a pensar en el bienestar del pueblo de la mayor de las Antillas. (Con información de Prensa Latina)