Por: Mary Luz Borrego
La argumentación del proyecto “Conservación y uso sostenible de la biodiversidad desde el enfoque de manejo integrado de cuencas y áreas costeras en Cuba” lo deja bien establecido: la diversidad biológica de la isla constituye una de sus principales riquezas naturales.
Esta resulta la más grande en el Mar Caribe, tanto en número de especies (unas 19 500 identificadas), como en endemismo de flora y fauna cercano al 43 por ciento, sobre todo entre las plantas con flores, insectos, moluscos, anfibios y reptiles.
Pero, lamentablemente, el daño antrópico se ha hecho sentir sobre ese tesoro. La pérdida de biodiversidad ha sido identificada como uno de los principales problemas del medio ambiente que afectan a Cuba. Por ejemplo, más del 30 por ciento de las plantas endémicas del país se encuentran amenazadas.
Los principales beneficios de este proyecto internacional radicarán precisamente en la conservación de un número de estas valiosas especies, el mejoramiento de hábitats críticos, el fortalecimiento de las capacidades nacionales para la gestión integrada de cuencas en estado crítico y sus zonas costeras; además de la promoción de la aplicación de enfoques de gestión integrada del medio, incluida la planificación del uso del suelo, las buenas prácticas agrícolas y ambientales.
José Blas Pérez Silva, especialista del Centro de Servicios Ambientales y coordinador de esta idea en el territorio aseguró que “este forma parte de un proyecto regional en las islas del Caribe, cuyo objetivo es conservar, proteger y asegurar el uso sostenible de la diversidad biológica en apoyo al futuro desarrollo socioeconómico del país, en beneficio de las generaciones actuales y futuras; así como la rehabilitación de las ya frágiles y vulnerables cuencas hidrográficas y los ecosistemas costeros seleccionados”.
El proyecto en cuestión incluye cuatro cuencas cubanas: la de Guanabo, en La Habana; Arimao, en Cienfuegos; San Juan, en Santiago de Cuba y Agabama, en Sancti Spíritus.
Entre los componentes de la propuesta, que comienza a ejecutarse aquí este año y se extiende hasta el 2021, aparecen el desarrollo e implementación de herramientas de gestión ambiental para la conservación de la biodiversidad, la evaluación y monitoreo de los problemas que deben ser abordados a través del Manejo Integrado de Cuencas y Áreas Costeras, el fortalecimiento de los marcos institucionales y de regulación, así como la gestión de la información, su difusión y reproducción en torno a este proyecto.
De acuerdo con los especialistas, la cuenca Agabama se escogió por la falta de información que existe sobre ese espacio, su importancia y los recursos y valores que lo distinguen en cuanto a su flora y fauna.
“Este es un proyecto GEF-PNUD, que cuenta con un financiamiento superior a los 5 300 000 USD, provenientes además de otros organismos y del propio Citma para las cuatro cuencas seleccionadas en el país. Aquí ahora estamos creando las condiciones para iniciar el levantamiento y monitoreo en el terreno”, detalló Pérez Silva. (Tomado de Radio Sancti Spíritus)