Por: Claudia González Corrales
La próxima inauguración del primer canopy de esta capital, en el que confluirán turismo de naturaleza, aventuras y conocimientos, cuenta entre las principales novedades del Jardín Botánico Nacional de Cuba (JBN) para el 2020.
Así lo hizo saber Alejandro Palmarola, investigador del JBN y presidente de la Sociedad Cubana de Botánica, quien precisó que el montaje del canopy, que será uno de los más grandes de Cuba, ya se encuentra en proceso de finalización, que tendrá un kilómetro y medio de vuelo, y que se espera quede inaugurado en el mes de marzo.
Ello, significó, se une a otras novedades que tienen que ver precisamente con el estímulo al turismo de naturaleza en la instalación, como los recorridos guiados en bicicletas eléctricas, para apreciar de manera directa el Jardín de 550 hectáreas de extensión, uno de los 10 más grandes del mundo, y con más de tres mil especies cubanas y tropicales.
“Al estar en un jardín botánico, el canopy va a tener el atractivo diferente de, además del recorrido turístico, ser educativo, pues en todo lo que hace el JBN hay ciencia de fondo”, aseguró.
Mencionó que otros atractivos relacionados con la instalación ubicada a 25 kilómetros del centro de la capital son los servicios científico-técnicos, que conectan a la universidad con la empresa, así como la realización de cursos, eventos, maestrías, paisajismo, horticultura.
Palmarola insistió en que los servicios científico-técnicos tienen que ver con la promoción de las especies nativas en la horticultura y la jardinería de la ciudad, además de los proyectos de paisajismo que desarrolla el JBN para estimular la cultura del acabado en las diferentes obras del país.
Enfatizó también en que, al tratarse de una de las instituciones científicas que pertenecen a la Universidad de La Habana, la sede académica más antigua de Cuba, se trazan vínculos con importantes instituciones de todo el mundo.
En la exclusiva, refirió asimismo la contribución de los jardines botánicos en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sobre todo en cuanto a la promoción de las “ciudades verdes”, por la sostenibilidad, el arbolado urbano, la infraestructura agronómica, además de la contribución al “Hambre Cero” y la adaptación al cambio climático.
“Desde su inicio, el jardín botánico busca resguardar el genofondo, es decir, la diversidad genética de las especies nativas, y su combinación con las especies para la agricultura, hace que estas estén más adaptadas al cambio climático”, explicó.
El JBN, institución educativa, científica y recreativa, fundada a finales de los años 60 del siglo pasado y abierta al público en 1984, en la actualidad es rectora de la Red nacional de Jardines Botánicos.
Entre sus más recientes resultados científicos se encuentra la publicación de la Lista roja de la flora de Cuba, que mereciera el premio de la Academias de Ciencias y el Premio Especial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
De acuerdo con La Lista Roja, el archipiélago cubano posee una singular flora, con un estimado de entre siete mil y siete mil 500 especies, que lo ubica como el territorio insular más rico en plantas a nivel mundial, y la primera isla en número de especies por kilómetro cuadrado.
Además, la flora cubana posee alrededor del 53 por ciento de especies endémicas, valor que la posiciona entre las siete islas con mayor porcentaje de endemismo en el planeta. (Agencia Cubana de Noticias)